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Yolanda Veiga
Lunes, 24 de julio 2023, 00:16
El bipartidismo ha recuperado parte de su empuje de antaño al hacerse con 258 de los 350 escaños, el 74% (otros nueve partidos se han repartido los 92 diputados restantes). Tal y como avanzaban las encuestas, la polarización ha insuflado a PP y PSOE una ... fuerza que venía perdiendo desde 2015, cuando la irrupción de Podemos y Ciudadanos (y más recientemente de Vox) introdujo nuevos actores en el escenario político y debilitó el modelo tradicional de dos grandes partidos.
Una situación que se ha revertido, en parte, este 23-J. El empuje de las principales fuerzas políticas ha dibujado un Parlamento con dos grandes siglas (PP y PSOE) muy alejadas en votos de las siguientes (Vox y Sumar) y con menos partidos, al pasar de 19 a 11. Una reducción que se justifica en parte porque Sumar acoge bajo sus siglas a catorce formaciones, entre ellas varias de las que obtuvieron representación en 2019 (Unidas Podemos, En Comú Podem, Compromís y Más País-Equo). Desaparecen del arco parlamentario la CUP y Teruel Existe (tenían dos y un representante, respectivamente). Por su parte, Ciudadanos y el Partido Regionalista de Cantabria (que tenían diez y un asientos), no han concurrido a esta cita electoral. Y UPN, que en las anteriores se integró en Navarra Suma (junto a PP y Cs) se ha presentado en solitario y ha logrado un escaño.
El reparto de fuerzas resultante de las elecciones de este domingo se parece así más al que ha sido el modelo tradicional. Durante casi 40 años, desde las primeras elecciones democráticas en 1977 hasta 2015, el bipartidismo ha escrito la historia de la política española. Los dos grandes partidos a ambos lados del espectro ideológico: PSOE y PP -antes Alianza Popular, Coalición Popular y UCD- han aglutinado durante esas casi cuatro décadas entre el 80% y el 92% de los asientos del Parlamento, repartiéndose el resto de partidos un exiguo 20% en el mejor de los casos. Hasta cinco veces la suma de los diputados de las dos principales formaciones a ambos lados del espectro ideológico superó los 300 diputados -323 en 2008- un umbral ya inalcanzable. Como lo son (inalcanzables) las mayorías absolutas que PP y PSOE lograron cada uno en dos ocasiones.
Pero la crisis económica de 2008 vino a romper este modelo y a alumbrar una nueva era política, aunque no se notaría en la composición del Congreso hasta las elecciones de 2015. Tras revalidar el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero el triunfo en las elecciones de 2008, los votantes castigaron su gestión de la crisis en las urnas en 2011, otorgándole al PP de Mariano Rajoy la mayoría absoluta.
Pero las consecuencias de una crisis global que en España se había notado más tarde habían trascendido ya lo económico. El país estaba sumido en una crisis estructural que hizo aflorar una creciente desafección política en general y una desafección por el modelo bipartidista en particular. El movimiento del 15-M, el de los indignados, surgió en 2011 y cristalizó en la formación de nuevos partidos, con Podemos a la cabeza. La formación de Pablo Iglesias irrumpió en las elecciones europeas de 2014 (se había creado solo cuatro meses antes y obtuvo cinco representantes), un anticipo de lo que se viviría en las generales del año siguiente, cuando Podemos y sus coaliciones en Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana lograron 69 diputados, convirtiéndose así en la alternativa a la izquierda del PSOE. En el otro extremo, Ciudadanos logró 40 asientos tras hacerse con buena parte de los votantes del PP que buscaban una opción diferente en la derecha. El voto se había vuelto más volátil que nunca y la gobernabilidad, más incierta -también creció la abstención, que siempre impacta más en los grandes partidos-.
Las claves
Partidos que han obtenido representación en el Congreso: 11 (PP, PSOE, Vox, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG, CCa y UPN). En las elecciones de 2019 hasta 19 formaciones lograron escaño.
PP y PSOE: suman 258 escaños, el 74%, frente a los 209 (60%) de 2019.
El resto de partidos: han logrado 92 diputados, el 26% de los escaños, mientras queen la cita electoral de 2019 obtuvieron 141 (40%).
Los que desaparecen: Se pasa de 19 a 11 partidos. La CUP y Teruel Existe desaparecen y Cs y el PRC no concurrían.
Así, de 2011 a 2015 se materializó en España el gran cambio político: el bipartidismo pasó de reunir el 84% de los escaños a quedarse en el 60%. Y aunque en las elecciones de 2016 hubo remontada, fue anecdótica: PP y PSOE obtuvieron el 63%.
En 2019 (hubo dos convocatorias electorales al no poderse formar gobierno tras la primera) la crisis del bipartidismo se hizo aún más evidente. De hecho, los 'otros' partidos no se quedaron tan lejos de dar el sorpasso: lograron el 46% y el 40% de los escaños, respectivamente. Y el Congreso se volvió multicolor: de 12 formaciones se pasó a 19. No porque ese año concurrieran más candidaturas -se presentaron 67, una cifra en la media (en 2000, 2004 y 2008 se rozaron las cien)- sino porque esos partidos antes pequeños eran ya más numerosos y más sólidos, especialmente los nacionalistas. Ayer cedieron parte de su empuje en favor de PP y PSOE.
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