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Alfonso Torices
Viernes, 17 de junio 2016, 10:47
Albert Rivera no solo se ha reafirmado hoy en que no apoyará un Gobierno que encabece Mariano Rajoy sino que ha decidido utilizar su veto al presidente en funciones como un arma electoral para decantar en favor de Ciudadanos el voto de muchos electores moderados ... indecisos y de los votantes populares desencatados por los casos de corrupción y la gestión del líder del partido.
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Su teoría es que convirtiendo a Ciudadanos en el partido determinante para la formación de gobierno en el próximo Congreso matarán dos pájaros de un tiró, tendrán un Ejecutivo moderado, reformista y constitucionalista, con el PP y sin Podemos, y al tiempo obligarán al partido conservador a realizar la renovación "que muchos militantes desean" y a pasar la página de Rajoy.
"Votar a Rajoy es votar un bloqueo. Si votas a Ciudadanos será una palanca de cambio para regenerar la vida política española y para que haya un Gobierno", ha comentado hoy en un foro de El Mundo, antes de añadir que "si alguien quiere que todo siga igual que vote a Rajoy, pero la gente que quiera cambiar y regenerar el país que vote a Ciudadanos".
El candidato de Ciudadanos por Barcelona, Juan Carlos Girauta, ha descartado también apoyar una hipotética investidura de Soraya Saénz de Santamaría en el supuesto de que Rajoy decida dar un paso al lado.
Girauta ha insistido en que Ciudadanos no apoyará a Rajoy en la investidura, ni siquiera con una abstención, ni tampoco a Saénz de Santamaría ni a ningún otro miembro del "equipo" del presidente en funciones como María Dolores de Cospedal.
En declaraciones a Catalunya Ràdio, ha defendido que el candidato a la presidencia del Gobierno debe tener "credibilidad" para liderar la reforma "profunda" que necesita España y la regeneración democrática. En cambio, ha explicado el candidato por Barcelona, Ciudadanos sí que vería con buenos ojos a otros destacados dirigentes del PP, como Núñez Feijóo, Cristina Cifuentes, Pablo Casado o los ministros en funciones Ana Pastor y Alfonso Alonso.
Rivera ha vuelto a la técnica del palo y la zanahoria con los populares. Ha insistido en que no hay posibilidad alguna de que acepte a Rajoy como presidente del nuevo Ejecutivo, pero, al tiempo, se ha abierto a negociar un Gobierno con el PP "si está dispuesto a que la persona que ha podido cobrar 342.000 euros de los papeles de Bárcenas no sea presidente". "Si el PP está dispuesto a regenerarse y aceptar cambios nos sentaremos con ellos, si no tendrá que buscar un acuerdo con otros, con el PSOE o con Podemos".
Lo que sí ha adelantado Rivera es que no permitirá que el PP le presente como el partido que puede bloquear otra investidura y provocar unas terceras elecciones por su 'no' a Rajoy. Está en su mano, ha indicado, que todo se desatasque tras el 26-J salvo que se empeñe en que "el sillón de Rajoy está por encima de los intereses de España", algo que, en su opinión, sería "muy irresponsable". Él y su partido, ha asegurado, no van a cambiar de opinión, porque "el votante de Ciudadanos no está dispuesto a que todo siga igual" y porque "no podemos traicionar a los españoles". Pese a todo, se ha mostrado convencido de que "no va a haber Gobierno de Rajoy y no habrá nuevas elecciones".
En lo que no quiere entrar el líder de Ciudadanos es en el debate de quién debe sustituir a Rajoy como hombre fuerte del PP. "¿Qué quiere, que los mate?", ha contestado. Ha indicado que le consta que cada vez que entra en ese tipo de juegos alguien en el PP va a la lista negra. Lo único que sí ha estado dispuesto a anticipar es que para que acepte un candidato popular a la Presidencia del Gobierno tiene que ser una persona que "no puede estar bajo la sospecha de la corrupción".
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