En las elecciones de 2016, el gobierno ruso favoreció el voto a Donald Trump por distintos medios, desde el apoyo directo a su candidatura a la desinformación y la diseminación de «fake news» sobre su rival Hillary Clinton. El objetivo era desestabilizar la democracia americana ... y respaldar a un candidato populista, que llevaría a su país a más aislacionismo y sería menos tajante a la hora de frenar el expansionismo de Moscú. Misión cumplida.

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En 2020 la pregunta no es si los agentes de Vladimir Putin vuelven a intentarlo, sino qué efectos puede tener esta injerencia sobre el resultado del 3 de noviembre. El propio Senado, de mayoría republicana, ha debatido sobre dicha certeza hace pocas semanas y el FBI ha confirmado que la influencia rusa no ha cesado durante todo el mandato de Trump. Con la pandemia, la importancia de las redes sociales para informarse e interactuar se ha hecho todavía mayor.

El mundo digital, en el que se han desdibujado la jerarquía y la veracidad de las noticias, es un terreno fértil para la desinformación rusa. Parece claro que Moscú ha sido responsable de amplificar las noticias sobre los negocios poco claros del hijo de Biden en Ucrania y China, dando a entender además que el candidato demócrata también se benefició, algo sobre lo que no hay pruebas.

Desde el gobierno ruso se niega todo. Lo llamativo es que Donald Trump respalda esta tesis y da valor a la palabra del zar Putin, un antiguo agente de la KGB, que entre sus méritos cuenta con haber destruido documentación confidencial en la sede de la Stasi de la ciudad de Dresde los días en los que caía el muro de Berlín. Trump insiste en estos comicios la mayor amenaza de injerencia digital viene de China, un país supuestamente favorable a Joe Biden. No le falta razón, pero también es su manera de no responder a la pregunta sobre Rusia.

El candidato demócrata no es necesariamente partidario de un mayor entendimiento con el régimen de Beijing, sino que promete un enfoque claro para competir y cooperar, a partir del análisis de los intereses norteamericanos. Como era de esperar, Biden también ha anunciado consecuencias negativas para Rusia si gana las elecciones.

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