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Melania y Donald Trump. Afp
Los votantes pierden el debate

Los votantes pierden el debate

Los analistas estadounidenses critican un cara a cara «turbulento» y «caótico» que rebajó al mínimo nivel la calidad de los discursos de los dos candidatos

Miguel Pérez

Miércoles, 30 de septiembre 2020, 06:19

Estados Unidos estaba preparado para contemplar un combate de boxeo en el debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden, pero no una pelea clandestina en el club de la lucha. «Caótico», ha sentenciado esta madrugada 'The New York Times' en alusión al cara a ... cara entre los dos aspirantes. «Turbulento», ha coincidido 'The Washington Post' mientras 'The Guardian' destacaba el «amargo enfrentamiento personal» entre el líder republicano y el demócrata.

Más contundentes se han mostrado algunos analistas y politólogos, sumidos en el estupor tras asistir a un espectáculo de telerrealidad, impropio de una campaña americana y peor en calidad respecto al nivel de confrontación que mostraron el propio Trump y la entonces candidata demócrata Hillary Clinton en 2016. La mayoría de los medios se muestra demoledor sobre esa hora y media de discusiones broncas, ataques personales, interrupciones constantes e incluso insultos, donde lo que menos han brillado son los argumentos sociales, sanitarios o económicos para rescatar a un país en caída libre en favor de la celebración de «un auténtico circo».

Apenas unos minutos después de terminado el cara a cara, George Stephanopoulos, analista de ABC News, lo calificaba como «el peor debate presidencial que he visto en mi vida», en una línea muy similar a la del comentarista de CNN Jake Tapper: «Ni siquiera fue un debate. Fue una desgracia. Y es principalmente por el presidente Trump». Otros expertos se mostraban más sueltos en las redes sociales considerando la confrontación de esta madrugada como «un incendio dentro de un contenedor de basura» o, más directamente, «una mierda».

Así las cosas, las primeras reacciones han dejado escaso margen para determinar quién ganó o perdió el debate. Sobre el presidente hay cierta unanimidad en que salió al plató con la intención de lograr lo que mejor hace: convertirse en el centro de la historia. Sin embargo, su actitud resultó demasiado brusca y avasalladora tanto con Biden –que acabó espetándole un sonoro «¡cállate , hombre!»– como con el moderador Chris Wallace. Es muy probable, aventuran los expertos, que su voluntad fuera la de entablar cierta pelea personal con ambos como forma de desviar la atención respecto a los asuntos que le incomodan, especialmente sus irregularidades con el fisco puestas al descubierto veinticuatro horas antes del debate.

Para 'The New York Times' y 'The Washington Post', no queda nada claro que el líder republicano haya conseguido con su actuación recuperar la desventaja electoral que padece en los sondeos en relación a Biden. Es decir, parece poco probable que haya logrado «reiniciarse», como cita el primero de los rotativos, aunque sí habría satisfecho a sus seguidores de base y aquellos que acuden en masa a sus mítines para escuchar sus discursos 'Fast & Furious', más cercanos a la órbita del gallo de corral que de inquilino del Despacho Oval. Ahí coincide el periódico capitalino. Su análisis concluye que Trump ha conseguido con el debate televisado la «gran audiencia» sin filtros que la pandemia le ha negado hasta ahora debido a las restricciones de aforo y reunión. Eso sí, duda que sus argumentos y su actitud hayan persuadido a alguien entre ese 3% de electores que todavía se declara indeciso.

Dentro de una idea general de que el cara a cara ha sido simplemente la escenificación delante de las cámaras de un enfrentamiento largamente cocinado en mítines telemáticos, entrevistas y una avalancha de tuits por parte de los dos candidatos, las primeras reacciones muestran la sorpresa por los discursos tan débiles de Trump y Biden en los seis apartados previstos. Más que nada, por tratarse de una repetición de frases y asertos ya conocidos sin nada más que aportar, lo que supone un debate de argumentario de partido más propio de unas elecciones españolas que de las estadounidenses.

La CNN es el único medio que da ganador al presidente, pero eso sí, únicamente en el corto plazo (consumió más minutos hablando que el demócrata, sobre todo al principio). Biden ha salido probablemente victorioso a más largo plazo. Sus armas: un temple superior al que acostumbra en sus intervenciones públicas, una actitud más presidencial frente a la pose televisiva de Trump y una insistencia en el mensaje de sencillo calado de que el líder republicano ha hecho un país «más débil y enfermo». Pero como advierte este canal: «Encontrar al perdedor (del debate) es facil: los votantes estadounidenses».

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