Donald Trump anhelaba enfrentarse en estas elecciones al socialista Bernie Sanders, representante de la izquierda demócrata, poco atractivo para la mayoría del país, aunque con tirón entre los jóvenes. También le habría gustado competir con un representante de una minoría racial. Pero las primarias las ... ganó Joe Biden, un anciano centrista, apoyado por el aparato del partido. Sus tres puntos débiles son su avanzada edad, su propensión a meter la pata en público -esto no tiene nada que ver con sus 77 años- y los negocios de su hijo en Ucrania y China, aprovechando que llevaba el apellido del entonces vicepresidente de Barack Obama.
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Trump confiaba en movilizar a la base republicana con más promesas populistas, vender unos buenos resultados económicos y sumar indecisos e independientes en los Estados clave. Pensaba que, como poco, iba a repetir la carambola del 2016, cuando obtuvo menos votos que su rival, pero más apoyos en el Colegio Electoral que designa al presidente. Pero la pandemia lo ha cambiado todo: a nueve días de las elecciones, Joe Biden es percibido como el candidato capaz de unir al país y de enfrentarse al virus. Su energía limitada inspira a muchos tranquilidad y confianza, justo al revés que un hiperactivo Trump, desafiante ante la pandemia e incansable en sus ataques y embestidas.
Las encuestas más recientes muestran que Biden se ha quedado ya con muchos votantes blancos, la clave del éxito republicano de 2016, y que retiene a suficientes hispanos y afro-americanos, menos propensos a acudir a las urnas. En especial, llama la atención el apoyo decido de las mujeres blancas de los suburbios al candidato demócrata. Trump les promete ley y orden, pero estas votantes más bien conservadoras lo que quieren sobre todo es proteger a sus familias del virus.
Quedan los minutos finales del partido. Mucho dependerá del grado de participación de cada bloque, porque solo hay la mitad de indecisos, un 5%, que en 2016. Biden ha hecho hasta aquí una campaña reposada, con muy pocos errores. Las historias y las «fake news» sobre su hijo apenas le han afectado. Está a un paso de convertirse no solo en presidente sino en el abuelo de América.
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