Estas elecciones tan inusuales están dominadas por las dos miradas al pasado de ambos candidatos, una paradoja en un país que nació para inventar el futuro. En el caso de Donald Trump, los comicios se plantean casi como un referéndum sobre su ejecutoria. No ha ... presentado un programa articulado para los próximos cuatro años y prefiere glorificar su breve pero intensa obra política. Los republicanos repiten las ideas y consignas de 2016, como si no controlaran la Casa Blanca y el Senado. Quieren seguir haciendo lo mismo, dar mas aire al discurso nacionalista y populista desde el ejecutivo y legislar según el ideario conservador en temas sociales y siguiendo un guión libertario en lo económico. No hay planes para abordar los grandes retos que hoy transforman el país, la pandemia, la revolución digital, la emergencia climática, la presión migratoria desde el sur o la dura competencia geo-estratégica, comercial y tecnológica de China. Los republicanos se han convertido en el partido del status quo, guiados por la nostalgia de una América que tal vez nunca existió.
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Por su parte, Joe Biden es todo menos un visionario y se presenta para coronar una larga carrera política. En su tercer intento por llegar a la presidencia, el anciano servidor público se ha apoyado en antiguos colaboradores de la etapa de Barack Obama. El objetivo principal de su campaña es jubilar a Trump y hacer que su mandato de furia y caos, poco compatible con los valores de la democracia liberal, pase a ser una excepción en la historia de su país. Si uno analiza el grupo de asesores de Biden, en los que delegaría el poder en el día a día, provienen del núcleo duro de la última administración demócrata. Reivindican ese legado y no han planteado grandes ideas sobre el futuro. Para hacerlo, necesitarían deshacerse antes de la influencia del izquierdismo demócrata, algo que solo puede ocurrir cuando su nuevo jefe de filas llegue a la Casa Blanca. De este modo, los comicios del 3 de noviembre no miran al futuro y son una encarnizada pelea sobre dónde situar en la historia a Obama y a Trump. Nadie se atreve a hacer planes en medio de la peor crisis sanitaria y económica en muchos años.
José M. de Areilza es doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, Secretario General de Aspen Institute España, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y profesor de ESADE.
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