Uno de los interrogantes que deja la semana más convulsa de la campaña electoral es hasta qué punto Donald Trump puede haber perdido apoyos entre los votantes republicanos. Su comportamiento transgresor y desafiante ante la enfermedad tal vez haya servido para animar a sus seguidores ... más fieles, algunos de los cuales vimos acampar a las puertas del Hospital Walter Reed. Cuando unos días después Trump se quita la mascarilla en el balcón de la Casa Blanca les transmite heroísmo, fortaleza y hasta superpoderes ante el virus. El presidente se compara con un Joe Biden de salud más frágil, como si las elecciones fueran un concurso de levantamiento de pesas. Pero no está claro que vaya a funcionar su enésima maniobra de distracción de la pandemia y de su pésima gestión, ni siquiera entre todos los que le apoyaban hasta ahora.
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El alma republicana hoy en día está compuesta por tres grupos muy diferentes entre sí y en dos de ellos Trump puede haber sembrado dudas. Es posible que muestren reservas los votantes de inspiración cristiana. El presidente ha seguido sus indicaciones estos años a la hora de nombrar jueces federales y miembros del Tribunal Supremo. También ha impulsado normas que protejan su visión de la familia. Pero puede hacer reflexionar a algunos su actuación como «contagiador en jefe», poniendo en riesgo a su equipo de asesores y al servicio secreto, con desprecio de sus vidas. Otro grupo de votantes republicanos, los trabajadores blancos sin estudios universitarios ni seguro médico, es posible que resientan la atención médica privilegiada y los tratamientos experimentales recibidos por el presidente. El tercer grupo de republicanos, sin embargo, es el más difícil de conmover con argumentos morales o sociales, porque vota con la cartera. Valora las bajadas de impuestos y la desregulación de la economía. Trump, ahora por fin considerado un mediocre empresario, es solo el medio para conseguirlo, junto con un Senado de mayoría republicana. El presidente en vías de recuperación ha renunciado al segundo debate electoral con Joe Biden y este fin de semana vuelca todas sus energías recobradas en atender a los tres grupos que conforman el universo republicano.
José M. de Areilza es doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, Secretario General de Aspen Institute España, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y profesor de ESADE.
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