Caroline conejero
Nueva York
Domingo, 1 de noviembre 2020, 00:44
Es el sueño americano, reeditado una y mil veces. Escoltada por miembros de su staff y una nube de periodistas, Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista más joven de la historia de Estados Unidos, esperaba en la cola junto a docenas de otros electores para votar ... en su distrito de El Bronx. Lo hacía junto a su novio, Riley Roberts, y su perro 'Deco', muy capaz de meterse al auditorio en el bolsillo con cada pirueta y sobre el que convergían todas las miradas. El sueño de cualquier asesor de campaña.
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Noventa minutos después, la congresista de Nueva York en pos de su reelección por el distrito 14 del Congreso, salía pletórica tras depositar su voto en la urna mientras una pegatina en el pecho recordaba lo que para todos los presentes resultaba obvio: «He votado». ¿Por quién?, le pregunta un reportero entre risas. «Ha sido una decisión difícil -parodia ella-, pero al final me he decantado por la congresista». Las chanzas duran poco y Ocasio-Cortez cambia el paso para subrayar la trascendencia del momento y lo que representa. «Cada vez que ves tu nombre en una papeleta de voto es una sensación muy especial. Algo por lo que estoy profundamente agradecida a esta comunidad, por la que, de confiarme otro mandato, continuaré luchando».
El mensaje de la congresista es diáfano y apela directamente al sentimiento de clase en una zona castigada por la violencia y el crimen, el desempleo y la desigualdad, donde los avances sociales se abren paso con desesperante lentitud. Votar es la llave para cambiar el liderazgo allí donde debe ser cambiado, dice, «una catarsis» donde las emociones juegan un papel importante.
Ocasio-Cortez representa un modesto distrito de minorías étnicas que culebrea a través del este de El Bronx, el centro norte de Queens, y Rikers Island. El distrito 14 del Congreso, con comunidades provenientes de todo el mundo, es uno de los más diversos del país en el que se hablan hasta 200 lenguas y conviven docenas de religiones. Ese crisol de culturas que es santo y seña de esta tierra.
La motivación para votar en estas complicadas elecciones se ha disparado en un distrito tradicionalmente con baja participación electoral, tanto entre los hispanos, que conforman la mitad de la población, como los afroamericanos y los emigrantes asiáticos y africanos. Un cambio que la aspirante se apresura a subrayar. «Creo que la participación a la que estamos asistiendo no tiene precedentes y hay motivos para sentirse optimistas. Pero hay que mantener la guardia alta y seguir trabajando hasta llevar la elección a buen término. Uno de los errores más frecuentes es pensar que todo está ganado en un distrito como éste, pero les sorprendería la cantidad de votos pro-Trump que se puede encontrar en estas calles».
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Alexandria Ocasio-Cortez, nombrada por la BBC una de las 100 mujeres de 2019, se ha convertido en icono internacional de un mundo en renovación que inspira a muchos, particularmente a los jóvenes, a seguir su ejemplo e implicarse en política. La líder hispana, que cuenta con un asteroide que lleva su nombre, parece destinada a convertirse en el próximo fenómeno estelar de la esfera política.
Llegó al Congreso con una fulminante victoria en las elecciones de 2018, las que se celebraron mediado el mandato del presidente, unos comicios en los que se eligen los 435 escaños de la Cámara de representantes y se renueva un tercio del Senado. Y lo hizo tras derrotar en un movimiento de audacia política a lo más florido del 'establisment' demócrata en Washington, el congresista Joe Crowley, un veterano con 10 legislaturas a las espaldas que era visto como el sucesor natural de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.
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Curtida en las trincheras de la campaña presidencial del senador Bernie Sanders en 2016, la joven activista millennial vio una oportunidad para burlar a la máquina demócrata del partido en un distrito de baja participación.
No pudo irle mejor. Con una movilización masiva 'puerta por puerta' entre los barrios del extrarradio urbano, un presupuesto minúsculo y un vídeo casero hecho por sus amigos, Ocasio-Cortez galvanizó un distrito abandonado que durante años no había visto a su representante en el Congreso. La proeza política no pasó desapercibida en los círculos políticos: Ocasio había demostrado que los ciclos electorales que finalizan a medio mandato son susceptibles de cambiar de manos.
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De entre todos los jóvenes que entraron en campaña como reacción a las políticas de Donald Trump quizá sea Alexandria Ocasio-Cortez la que mejor ilustra ese tsunami electoral de 2018, que devolvió el poder a los demócratas en el Congreso y abrió un hueco a numerosos candidatos de minorías y a mujeres a lo largo y ancho de todo el país.
Medios de la izquierda como 'The Independent', que le dedicó la portada, 'The Young Turks' y 'The Intercept', entre otros, realizaron extensas coberturas de la nueva heroína progresista, mientras que el cineasta activista Michael Moore incluyó su campaña en las primarias en su documental Fahrenheit 11/9.
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Las grandes cadenas se la disputaban, fascinados por la solvencia política y la destreza mediática de la desconocida joven de El Bronx, que rompía todos los clichés como mujer, de la minoría hispana y progresista, y evadía con habilidad los ataques políticos con una fórmula que combinaba el idealismo juvenil y el pragmatismo político. Su primer discurso de cuatro minutos en el Congreso en enero de 2019 se convirtió en sólo 12 horas en el vídeo de un miembro de la Cámara de Representantes más visto en Twitter.
Ocasio, que enseguida dejó claro que no se había tomado la molestia de llegar al Congreso para rellenar formularios, participó en su primer día en el capitolio en una protesta contra el cambio climático frente a la oficina de la líder de la minoría de la Cámara de Representantes, la muy poderosa Nancy Pelosi. Además, en la moción de investidura de Pelosi como nueva presidenta de la mayoría de la Cámara, Alexandria Ocasio condicionó su voto a que fuera «más progresista».
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La congresista forma parte del llamado grupo de las SQUAD que incluye a las nuevas progresistas Ilhan Omar (Minnesota), Ayanna Pressley (Massachusetts) y Rashida Tlaib (Michigan). Desde su llegada al Capitolio, esa entente han ocasionado turbulencias en el predecible 'establishment' político de Washington, siendo a menudo el foco de los ataques de Trump y la extrema derecha.
A sus 31 años, la nueva cara del progresismo joven, con un alto perfil nacional, se ha convertido en un importante activo en el partido, y es una de las figuras más solicitadas en eventos electorales junto al senador Sanders con quien hizo campaña en las primarias, y a quien respaldó durante la Convención Demócrata Nacional. Aun así, y a pesar de tener asegurada su reelección al Congreso este próximo martes, la congresista se ha visto forzada a gestionar una robusta campaña para contrarrestar agresivos rivales electorales, tanto del lado republicano como del demócrata en las primarias.
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La elección de su distrito se ha convertido en un imán de recaudación para su oponente republicano John Cummings, un ex-maestro de escuela y ex oficial de policía de 60 años, quien ha logrado una recaudación sin precedentes de 9,6 millones en su primera candidatura al cargo. El desorbitado gasto en publicidad digital y postal, y en costosas firmas de consultores, realizado por Cummings ha obligado a la campaña de Ocasio-Cortez a mantener el pie en el acelerador, convirtiendo el distrito 14 en la segunda elección a la Cámara de Representantes más cara de todo el país, con un cofre de recaudación de 17,3 millones de dólares.
La congresista por El Bronx se ha creado una sólida reputación política en el Congreso, donde en sólo dos años presentó su primera ley, el histórico Green New Deal, que, aunque fue derrotada en el Senado, está considerada una de las legislaciones más ambiciosas de la historia moderna para combatir el cambio climático.
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A pocos días de los comicios presidenciales, la campaña de la congresista Ocasio-Cortez se mantiene activa y junto al senador Bernie Sanders se vuelca en realizar eventos por internet en apoyo a los jóvenes líderes de minorías envueltos en la movilización del voto pro Biden a través del país. La congresista, mucho mas directa en estos foros privados, incidía en el hecho de que gane quien gane las elecciones -y da por supuesto que será Joe Biden-, los progresistas deberán aunar esfuerzos para relanzar sus políticas sociales en la próxima legislatura.
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