Quim Torra arropó el domingo a Laura Borràs, en su primera intervención en campaña. EFE

JxCat y ERC elevan el tono para atraer votos de la CUP

Laura Borràs critica a los Mossos, mientras Pere Aragonès asegura que la próxima legislatura será la del referéndum sobre la independencia

Cristian Reino

Barcelona

Lunes, 8 de febrero 2021, 19:35

La campaña electoral del 14-F en Cataluña entró este lunes en su semana decisiva. Y lo hizo marcada por el triple empate técnico entre ERC, PSC y JxCat en pugna por la primera plaza, por la incógnita de cuál será la cifra de abstención ... y por la existencia de una buena bolsa de indecisos, en especial en el campo independentista, que en estos momentos se debaten entre ERC, JxCat o la CUP. Tanto republicanos como postconvergentes hicieron guiños hacia el electorado de la CUP: Pere Aragonès se sumó a la propuesta de los anticapitalistas de celebrar un referéndum antes de 2025 y Laura Borràs, quien se autoproclama de izquierdas, exhibió un perfil antisistema, cargando contra una actuación de los Mossos y exigiendo el cierre de los CIE.

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Según una encuesta de 'El Periódico', la última que se publica, pues en la semana final ya no está permitida la difusión de sondeos, PSC y ERC empatarían a 32-34 escaños y Junts se quedaría en 29-31. La ventaja es mínima, no como hace cuatro años, en que los republicanos partieron el tramo final de la campaña con ventaja y al final fueron superados tanto por Ciudadanos como por JxCat. En este ocasión Esquerra está echando el resto para evitar sorpresas. Confía en la victoria y ha recurrido a Arnaldo Otegi, líder de Bildu, para movilizar a las bases secesionistas y para exhibir pedigrí independentista, frente a quienes –desde las filas de Junts– acusan a los republicanos de moderados y hasta de 'botiflers'. Otegi arropó el domingo a Oriol Junqueras en el mitin central del partido en Girona y lo hizo también ayer, acompañando al exvicepresidente en su regreso al penal de Lledoners tras el permiso del fin de semana por el tercer grado. La consigna que lanzan los republicanos entre su parroquia es que si el votante independentista se queda en casa, la presidencia recaerá en el 155. Y si el voto secesionista de izquierdas se disgrega, la presidencia seguirá en manos de los de Puigdemont.

ERC no había querido fijar plazos para los próximas etapas del 'procés', pero este lunes empezó a pisar el acelerador. Su candidato, Pere Aragonès, afirmó que, si gana las elecciones y logra formar gobierno, la «próxima legislatura será la del referéndum», según se conjuró en una rueda de prensa organizada por la agencia Efe. Su intención es negociar cara a cara con Pedro Sánchez una consulta que tenga reconocimiento internacional y que se pueda aplicar el resultado. Pero si la mesa de diálogo no da frutos, no descarta «ninguna vía» para el ejercicio de la autodeterminación. En la pugna por ver quién es más independentista, Junts se comprometió a reactivar la declaración unilateral de independencia si el secesionismo supera el 50% de los votos.

Gobierno amplio

Aragonès propone, gane quien gane, un Govern amplio, de base soberanista, junto a JxCat, la CUP, los comunes y el PDeCAT. Es consciente de que algunos de sus hipotéticos socios se vetan entre sí, por lo que no descartó un gobierno en solitario. Tampoco descartó –igual que la CUP– que como consecuencia de la política de vetos haya una repetición electoral. Sí rechazó en cambio una reedición de un tripartito con el PSC y los comunes. «Es imposible», afirmó, a pesar de que ERC da su apoyo al Gobierno central.

Los republicanos volvieron a emplazar a Salvador Illa, aspirante socialista, a que se comprometa a no aceptar los votos de Vox para una eventual investidura. El exministro de Sanidad había evitado hasta la fecha un pronunciamiento explícito en este sentido, pero este lunes fue claro: «No construiré un Govern que dependa ni se siente con Vox», aseguró en Rac-1. Ni negociará ni contará con esos votos en una hipotética investidura porque entiende que no tiene nada en común con la extrema derecha, entre otras cuestiones, porque quiere meterle en la cárcel por su gestión de la pandemia. Illa, en cambio, no descartó aceptar los votos de Esquerra.

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