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Bajo aplausos y vivas a España, Santiago Abascal se acercaba al pórtico principal de la Pulchra Leonina, donde el líder de VOX tuvo su primer gesto empuñando una bandera de León y agitándola, antes de traspasársela a su candidato en la comunidad, Juan García Gallardo, ... que repetía el gesto.
Ante el fuero juzgo, el locus apelliationis, el último gran acto de VOX en la capital leonesa iba a ser en clave 'leonesista', un juicio directo a una formación como UPL, «que vive del leonesismo», tal y como afirmó el cabeza de lista por León, Carlos Pollán.
«Tenemos tres días para demostrarle al PP, al PSOE y a UPL que estáis hartos del abandono al que os han sometido», exponía el número 1 de VOX por la provincia, decepcionado porque desde Unión del Pueblo Leonés se les llame extrema derecha. «Se han sumado a los progres y pactan en el Senado con partidos separatistas como Compromís. Son falsos leonesistas que prometen que con una autonomía vuestros problemas se solucionarán y el abandono acabará, pero no han frenado la despoblación», aseguró Pollán.
El mitin, que congregó a centenares de personas, contó con la presencia de Ignacio Garriga, diputado de VOX en el Parlamento de Cataluña, sirvió para arropar a Juan García Gallardo en su camino hacia la Presidencia de la Junta, quien se presentó ante «una de las catedrales más bonitas del mundo» y desde una cuna del parlamentarismo para la que quiere llenar las Cortes de Castilla y León de «buenos procuradores, gente trabajadora y currante y sacar a los getas del PSOE que no pegan un palo al agua».
El joven candidato presumió de defensa de la «buena gente del campo» y pidió una sociedad en la comunidad basada «en familias fuertes». Gallardo insistió en acabar con «chiringuitos» como el Procurador del Común o el Consejo de Cuentas y apostó por «servicios oncológicos sobre chiringuitos feministas; calidad educativa ante activistas en las aulas; los autónomos sobre los getas; y sembrar para recoger el futuro». También se dirigió a los jóvenes «expulsados» de Castilla y León y pidió un apoyo decidido a las familias, con incentivos fiscales y ayudas a la maternidad y la conciliación, así como el acceso a la vivienda.
«VOX viene a reivindicar la diversidad de todos lso territorios de España y estamos en contra del sistema autonómico», insistió el burgalés antes de pedir a los leoneses que no se fíen de UPL o la España Vaciada «que quieren colocar a gente y luego votar con el Partido Socialista». Y anunció las exigencias que realizará para pactar un nuevo gobierno en la Junta, que por parte de León serán la construcción de las autovías León-Bragança y Ponferrada-Orense.
El plato fuerte de la velada llegó al final. Apelando a los «estigmas» de su partido, Abascal recordó a aquellos que les llaman antiguos, machistas o homófobos para apuntar que sus actos en Castilla y León se llenan de jóvenes porque «se les habla de un futuro y no de la pena del destierro al que les han condenado», de mujeres y de homosexuales «que no se esconden y se atreven a acompañarles».
En la plaza de Regla y ante la Catedral de León, Santiago Abascal denunció que en el día de ayer sufrió una amenaza de muerte cuando acudía a Ponferrada para participar en otro acto electoral.
Una amenaza escrita en un cartel que «recordaba el atentado fallido contra Franco y que ponía 'No fallaremos dos veces». Ante ello, Abascal lamentó que «la famosa pintada de 'Coletas rata' la conoce toda España», mientras que su amenaza de muerte «no la conoce nadie» ni ha recibido la condena de ningún partido».
El presidente de VOX apuntó a que los suyos serán «decisivos» en la composición del nuevo gobierno de la Junta, y abría la puerta a no formar parte del mismo, para exigir que sus reivindicaciones se cumplan si Alfonso Fernández Mañueco quiere repetir como presidente. «Lo llevaremos a las negociaciones en un gobierno que lidere VOX, del que forme parte o que apoyemos».
Criticando la inmigración ilegal, la Agenda 2030 y rechazando los mensajes de «la derechita cobarde y elitista», que se «equivoca siempre» a la hora de votar propuestas del PSOE. «Pero las cosas pueden ser peor y la comunidad puede caer en manos de una izquierda vendeobreros, vendemineros, vendepatrias y que ha traicionado a las clases medias y bajas».
Interrumpido por gritos de «presidente, presidente», reconoció que, a pesar de Mañueco, las cosas «son susceptibles a empeorar» con un gobierno socialista, por lo que hizo un llamamiento a la participación para «ir desmontando desde dentro» las autonomías hasta hacer una reforma constitucional.
Y como marca el protocolo de los actos del partido de José Ortega Lara, y tras los correspondientes «¡Viva España! ¡Viva León!», el evento quedó clausurado con los sones del himno nacional.
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