La vivienda sube un 0,47% en el año de la pandemia

Si bajamos un nivel más, al de los municipios, la variación es todavía más intensa. Así, en Ronda (Málaga), La Unión (Murcia), Petrer (Alicante) y Linyola (Lleida), la caída de los precios superó el 20%. Mientras tanto, en el otro lado de la tabla, en Moguer (Huelva), Martorell (Barcelona) o Almonte (Huelva), la subida rondó el 30%.

Ello deja también un mercado inmobiliario muy desigual en cuanto al precio por metro cuadrado, que oscila, por capitales de provincia, entre los 5.168 euros por metro cuadrado de San Sebastián y los 1.010 euros de Ávila. En cuanto a los municipios, el que tiene el metro cuadrado más barato es Linyola (Lleida), con 517 euros; y el más caro es Sant Josep de Sa Talaia (Baleares), donde roza los 5.560 euros, de media.

Por comunidades autónomas, Madrid (4%) fue la más alcista, frente a Aragón (-2,49%), que fue la más bajista.

Como señalan desde pisos.com, ya se esperaba que el ejercicio que acaba de concluir iba a ser de desaceleración en las subidas respecto a los años previos. Y, a juicio de Ferrán Font, director de estudios del portal inmobilario, si bien la pandemia «ha acelerado el ajuste de los precios», «no ha supuesto una gran ruptura», ya que, en términos generales, «los porcentajes negativos no han sido demasiado abultados». El experto de pisos.com, emplaza a los próximos años la génesis de nuevas caídas: «Los descensos serán absorbidos por la oferta de forma progresiva, a lo largo del año que acabamos de estrenar y, en menor medida, en 2022». Si bien estos pronósticos están sujetos a una gran incertidumbre: «La capacidad de respuesta de la economía española en 2021 será la que determine la salud del mercado de la vivienda. Si el tejido empresarial se regenera y los puestos de trabajo se recuperan, podríamos hablar de cierta normalidad para el segundo semestre».

Pero, por lo pronto, admite Font, «en momentos difíciles, la adquisición de una primera vivienda se resiente a favor del ahorro, dado que la cautela guía cualquier paso hacia adelante». Lo que puede apoyar al mercado inmobiliario en estas circunstancias es, por el contrario, la inversión, que puede aprovechar la coyuntura «para buscar oportunidades a buen precio».

La demanda de los particulares también puede verse frenada por el empeoramiento de la situación financiera de muchos hogares por la incidencia de los ERTE, el cierre de empresas y la imposibilidad de muchos autónomos de poder abrir sus comercios. En este sentido, se espera que los bancos puedan imponer requisitos especiales al analizar y aprobar los requisitos de financiación para evitar impagos: quienes tengan pocos ahorros, deudas o no cuenten con estabilidad laboral no podrán acceder a una hipoteca, de acuerdo con la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI).

Pero, pese a todo, sus previsiones pasan por un aumento de la demanda de préstamos hipotecarios: «El precio de las viviendas mantendrá una tendencia a la baja durante este año, lo que presenta más oportunidades de compra para muchos ciudadanos y, por lo tanto, más solicitudes de financiación», afirma Anna Puigdevall, de FIABCI España. Esta experta también anticipa que la bajada de los tipos de interés provocará que las entidades financieras exijan la contratación de más productos para obtener hipotecas e incluyan más comisiones por novación, subrogación o amortización anticipada.