7 tips esenciales para los novatos en inversión inmobiliaria

A los nuevos inversores inmobiliarios como tú no les vienen nada mal unos consejos para saber escoger con pericia. Hay ciertos puntos básicos que hay que tener en cuenta para que tu inversión en vivienda resulte rentable en un futuro y no acabes arrepintiéndote. Los siguientes siete tips te guiarán en un amplio sector, como es el inmobiliario, para que alcances el éxito ya que te has decidido a invertir.

Cuando se compra una vivienda para habitarla, lo más común es recurrir al banco en busca de financiación. Sin embargo, si lo que quieres es comprar un activo para que pase a formar parte de tu patrimonio y obtener un rendimiento a través del alquiler, lo ideal es que seas capaz de hacer frente al precio de venta y a los gastos asociados al contado. En esto precisamente estriba la diferencia entre una inversión segura y otra de riesgo. Si te endeudas para ser inversor, corres el peligro de que un revés financiero te lleve a una situación difícil.

La localización de un inmueble influye sobremanera en su precio de venta. Es posible que detectes buenas oportunidades que rocen la ganga, ¿pero se alquilarán rápido? ¿Habrá inquilinos dispuestos a vivir allí? Es cierto que siempre hay gente con prisa con vender que ofrecerá un precio de venta muy atractivo, pero no confíes es encontrar una casa en el centro de una gran ciudad por un precio irrisorio. Visita portales inmobiliarios y empresas tasadoras para ver por dónde se mueven los precios y vigila de cerca tu presupuesto.

La segunda mano suele estar mejor ubicada que la obra nueva, pero en muchos de estos inmuebles tienes que entrar con un plan de reforma integral en la mano. Es posible que te salga barata, pero si esconde unas instalaciones dañadas o la finca en la que se sitúa el piso es muy antigua, puede que no te salga rentable. Si apenas hay que llevar a cabo unas pequeñas actualizaciones y el precio es bueno, no te lo pienses.

La rentabilidad de una vivienda está relacionada, de nuevo, con el lugar donde se invierte, pero también con las características del propio inmueble. En las zonas caras, al ser el precio de venta alto, la rentabilidad es menor. Al contrario, en barrios más modestos donde la vivienda es barata se puede alcanzar una mayor rentabilidad. Divide el precio total de la propiedad entre la suma del alquiler recaudado en un año. El indicativo resultante se denomina PER (price earnings ratio) y es una pista fantástica.

No solo importa el piso, también lo que le rodea. El tipo de instalaciones de recreo que se encuentren al lado, la cercanía y la calidad del transporte público, así como la comunicación por carretera, son factores que añaden valor al inmueble y aseguran que este pueda alquilarse con más probabilidad que otros lugares con las dotaciones comerciales, educativas y sanitarias más alejadas.

La clase de alquiler que elijas para tu vivienda condiciona su rentabilidad. El alquiler de larga duración te asegura unos ingresos fijos, al menos, de un año. El alquiler vacacional es más caro, pero es por temporada, y habrá ocasiones en que se encuentre vacío. Una buena solución es que alquiles a estudiantes los meses lectivos y a turistas en verano. Esta solución también conlleva más esfuerzo por tu parte a la hora de buscar inquilinos.

Lo que ganas con el alquiler está sujeto a tributación. Infórmate, ya que hay bonificaciones que puedes desgravar de esos rendimientos, desde el IBI hasta el mismo seguro de la casa. Cuenta con todo el tema fiscal para no llevarte sorpresas a la hora de hacer tu declaración en Hacienda. Contar con un gestor que te asesore en cualquier aspecto es sinónimo de tranquilidad.