Un país de hipotecados

Desde que terminó la crisis España ha ido cayendo posiciones por el gran repunte de los países de Europa del este, pero sigue por encima de la media europea (69,2%) en cuanto a viviendas en propiedad. En 2007, cuando empezó la crisis, España se situaba en la novena posición de la tabla con un porcentaje del 80,6% y el porcentaje permaneció estable hasta 2016, cuando la tendencia comenzó a cambiar.

Los expertos consultados coinciden en que el porcentaje de ciudadanos que viven de alquiler continuará aumentando debido al repunte de precios de los pisos en las grandes viviendas. De hecho, el aumento de la demanda del alquiler ha sido uno de los factores del incremento de precios de los alquileres, ya que casi el 24% de la población ya lo elige como su opción de vivienda, cuando en 2008 el porcentaje apenas era del 19%.

Asimismo, ha aumentado el atractivo del alquiler como instrumento de inversión desde 2013, lo que refleja el «notable incremento del precio de oferta del alquiler», superior al precio de venta, explica un informe del Banco de España. Un factor que puede haber contribuido a la subida de la rentabilidad es la «reducción del sesgo fiscal en favor de la vivienda en propiedad» por las medidas durante la crisis. Concretamente, la eliminación de la deducción por compra de vivienda habitual en el IRPF, los incrementos de tipos en los impuestos que gravan la compra de una casa o los aumentos en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), explica el supervisor.

Además, el último número de Funcas sobre el sector inmobiliario refleja que la pérdida de ritmo del mercado de la vivienda del último año se debe a la desaceleración de la economía y no al pinchazo de la burbuja. Para los autores, la situación no es equiparable a la de hace 10 años porque los precios son casi un 20% inferiores al máximo precrisis y el esfuerzo de los hogares para devolver las hipotecas se acerca al 33% de la renta disponible, muy por debajo de 2008 cuando superaba el 50%.

Entre las alternativas para garantizarse una mejor jubilación está la venta de vivienda en nuda propiedad. Eduardo Molet, consultor inmobiliario y fundador del instituto de formación inmobiliaria IFEM, explica que aunque su «gran desventaja» es la pérdida de la propiedad, queda «compensado» porque la persona puede seguir viviendo en ella el resto de su vida y recibir el dinero por su venta anticipada. Otra opción que proponen desde IFEM es la hipoteca inversa vitalicia, con la que no se pierde la propiedad y se recibe una cantidad mensual, aunque ésta es menor que con la nuda propiedad.