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Cada día es clave en la negociación que mantienen Gobierno, sindicatos y patronal para cerrar un pacto en la nueva reforma laboral. Y aunque finalmente no ha sido posible alcanzar un principio de acuerdo esta semana, como había previsto el Gobierno para dejar la semana ... que viene para la redacción del texto –que se vislumbra compleja–, sí se ha logrado un nuevo avance:se ha cerrado «un acuerdo muy importante» para crear un nuevo contrato de carácter indefinido para el sector de la construcción.
Así lo desveló este viernes el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, quien explicó que está en línea con el contrato que tienen en Francia y servirá para que haya «menos temporalidad desde el punto de vista del cómputo». Este era uno de los temas que estaban pendientes en materia de contratación: poner en marcha un contrato específico para el sector de la construcción, que es el que más utiliza el contrato de obra y servicio que eliminará la nueva norma. A falta de conocer los detalles del nuevo contrato, lo importante es que en la estadística se contabilizará como indefinido, lo que hará que de golpe y porrazo casi dos millones de contratos ahora eventuales pasen a considerarse fijos.Eso sí, las condiciones no serán las mismas y probablemente tendrá unas condiciones más favorables para su rescisión que las del indefinido.
Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo. El acuerdo aún «está en el aire, como un balón de baloncesto», según dejó claro este viernes el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Garamendi eludió responder a si se está ahora más cerca del pacto a tres. «Si yo digo eso, parece que ya está hecho. Si digo que no, parece que ya es que no. No es tan sencillo como con una frase resolver los temas», se excusó.
Sí manifestó que es la voluntad que tienen todas las partes, pero admitió que «hasta el final es muy difícil decir que sí o que no, porque a veces una serie de puntos hacen que se avance más rápido pero un punto puede decir que no compartes el tema».
En esta misma línea se manifestó el secretario general de CC OO, Unai Sordo, quien explicó que la situación es «más o menos igual que ayer». «Seguimos negociando, avanzando en algunos puntos, como en materia de contratación, y con resistencias en otros».
Más optimista – moderadamente optimista»- se mostró la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. «La mesa sigue trabajando y vamos a estar todo el día trabajando». Pero sí admitió que ve «probable» que los interlocutores sociales «agoten los tiempos», lo que da alas a un Consejo de Ministros in extremis el 30 de diciembre. O no. Incluso el año podría terminar sin alumbrar la contrarreforma laboral. Porque este viernes el líder de CC OO, Unai Sordo, apoyó la postura de Garamendi de aplazar su aprobación a enero si fuera necesario, ya que Europa les ha dado margen al decir que no sería «un problema». El líder de los empresarios insistió en eso: «Nosotros intentamos llegar a acuerdos. Antes de final de año lo podríamos hacer. Pero sería triste que quedara algún punto pendiente y porque el Gobierno se ha planteado que sea tal fecha, desbarrara, cuando en dos, tres días, o una semana más se pudiera resolver».
Para los sindicatos el calendario «no es una línea roja». Así lo reconoció Sordo, quien abogó por «tratar de cumplir los plazos que nos hemos dado porque las cosas están muy maduras». Así, apostó por que «entre lo que queda de semana y la semana que bien deberíamos cerrar la negociación». Pero hizo hincapié en que «una regulación de esta importancia» ha de hacerse «no bien, sino muy bien», por lo que «no debiera caerse por cuatro días arriba o abajo».
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