Una negociación larga y compleja con un acuerdo al límite

Incluso en esta ocasión el Gobierno fue objeto de reproches no solo por parte de la patronal, sino también de UGT, algo que no es muy habitual. Si la CEOE acusó a Moncloa de mentir con los datos e inflar los gastos de los ERTE (datos que a día de hoy aseguran siguen sin conocer al detalle), la organización liderada por Pepe Álvarez denunció el «trilerismo» del Ejecutivo y lamentó su poca «seriedad».

Las negociaciones, muy intensas a lo largo de más de tres semanas, se extendieron hasta pocas horas antes de que se aprobaran las nuevas condiciones ante la negativa de los empresarios a dar su apoyo a una propuesta que consideraban insuficiente, al entender que no incluía a dos sectores clave: el comercio y la hostelería. Por ello, los contactos se sucedieron a lo largo de una noche interminable y, de madrugada, el Ejecutivo envió un último texto en el que ya –a ojos de la patronal– sí protegía a «todas las empresas» cuya actividad se está viendo afectada por esta crisis.

El ansiado sí de la patronal llegó poco antes de las 11 de ayer, cuando se aprobó por unanimidad la nueva propuesta del Gobierno en un comité ejecutivo extraordinario. «Ahora ya tenemos un papel en el que ya se tiene en cuenta a todos los sectores», se felicitaba poco antes su presidente, Antonio Garamendi. En esta misma línea, el respaldo de los sindicatos no se hizo oficial hasta la mañana de ayer.

Un acuerdo, el sexto ya, de «máxima relevancia para el Ejecutivo pero en el último minuto. «Fue una noche intensa y unas semanas muy intensas pero ha valido la pena», aseguró la ministra Yolanda Díaz, que dio las gracias a los agentes sociales por «mantenerse en este camino».