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El nuevo esquema de los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que tanta polémica causó por exonerar más a los trabajadores que se reincorporan que a los que siguen afectados está siendo un éxito. Así lo avanzó hoy el ministro de Seguridad Social, José ... Luis Escrivá, en una entrevista realizada al programa 'Espejo Público'. Escrivá quiso sacar pecho de un diseño que solo él defendía y generó el rechazo frontal de sindicatos y empresarios en la negociación –así como de una parte del Gobierno, con la vicepresidenta Yolanda Díaz a la cabeza– y adelantó que durante el mes de junio cada día unas 10.000 personas abandonan los ERTE y vuelven a la actividad, una cifra que triplica la que se venía registrando en mayo, cuando salían diariamente entre 3.000 y 4.000.
«Desde el 1 de junio, fecha en la que entró en vigor el nuevo esquema, ha habido una intensificación enorme en la vuelta a la actividad», dijo con satisfacción el ministro, que explicó que esto tiene que ver, además de con el levantamiento de las restricciones, con el nuevo marco que genera incentivos a la reactivación, hasta el punto de que estos trabajadores cuentan con exoneraciones en sus cuotas a la Seguridad Social de hasta el 95%. «El saber que de aquí a septiembre van a tener una exoneración altísima incentiva», apuntó.
Así, si mayo cerró con 542.142 trabajadores afectados por un ERTE, a día de hoy quedan 470.000, lo que supone que se han reducido en más de 72.000, según las cifras adelantadas por Escrivá, que puso en valor que desde el máximo alcanzado este año, cuando a finales de enero y principios de febrero la tercera ola volvió a elevar el número de afectados por un ERTE al millón, se han activado más de 500.000. «Somos el segundo país de Europa después de Holanda que más trabajadores hemos activado y eso tiene que ver con este esquema», incidió de nuevo.
Y esta fuerte recuperación también tiene su réplica en las afiliaciones a la Seguridad Social. En este sentido, el expresidente de la AIReF aseguró que junio ha tenido un «arranque fortísimo» en el empleo y va a ser un mes «extraordinario», hasta el punto de que se mostró convencido de que este mes se superarán los 150.000 nuevos cotizantes en la serie ajustada de estacionalidad, lo que supone tres veces más que los 45.000 que se consiguieron en mayo. De confirmarse este dato, se trataría de la mayor subida de los últimos 15 años y solo se encontraría una semejante en 2005.
De estos más de 150.000 afiliados que Escrivá estima que se sumarán en junio, unos 50.000 pertenecen a la hostelería, y el resto, en torno a 100.000, a los demás sectores, entre ellos educación y actividades manufactureras. «Estamos teniendo una recuperación de amplio espectro», resaltó, al tiempo que apuntó que los escenarios centrales que se manejan prevén una recuperación «a demanda muy fuerte» y sostenida «durante al menos dos años».
La otra cara de la moneda es que con seguridad esos 150.000 empleos que se prevén crear en junio serán en su inmensa mayoría temporales y precarios. En este sentido, Escrivá denunció que en España se ha instalado «una cultura de rotación extraordinaria», hasta el punto de que la Seguridad Social registra cada año 27 millones de bajas, de las cuales una de cada cinco son de contratos de un día y tres de cada cinco de contratos de menos de un mes. Ante estos números «espeluznantes», el ministro avanzó que su departamento «está a punto» de poner en marcha un desincentivo adicional para combatir la elevada rotación de contratos en el mercado laboral, una medida que ya figuraba en el plan de recuperación enviado a Bruselas y que será creciente en función del número de bajas en un determinado periodo de tiempo.
«Vamos a generar desincentivos a esta enorme rotación, que a veces tiene un elemento espurio por dejar de cotizar un fin de semana o por unos días», precisó. Esta medida se suma así a las que plantea el Ministerio de Trabajo, dentro del paquete de la contrarreforma laboral, para terminar con esta elevada temporalidad, entre las que se encuentran una simplificación del número de contratos y un endurecimiento de los eventuales, que tendrán una duración máxima de un año.
«Todos queremos acabar con la temporalidad. Es un reto colectivo de la sociedad. España tiene unos niveles de precariedad extraordinariamente altos y que la diferencian de otros países», se lamentó el ministro.
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