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Cada día que pasa mete más presión a la negociación de la reforma laboral. Quedan apenas dos semanas para que la nueva norma que pretende modernizar el mercado de trabajo español esté publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), tal y como el Gobierno ... prometió a Bruselas, y, aunque las negociaciones están bastante avanzadas y se han acercado mucho las posturas, falta el empujón final que puede ser clave para que haya acuerdo o no.
Es la fase más decisiva, en la que cada parte juega sus cartas para tratar de conseguir ya no ganar, sino al menos no perder. Y en este juego final la CEOE no piensa levantarse de la mesa, como sí hizo con el salario mínimo. «De la mesa no nos vamos a levantar», aseguró este miércoles el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, que bromeó con que el Gobierno les ha planteado estar sentados todos los días y a todas las horas de la mañana, como cuando iban al colegio.
«Nuestra gente desde luego va a ir a la mesa porque si no el titular va a ser peor diciendo que nos hemos levantado de la mesa», reiteró. Y lo hacía justo antes de entrar en el comité ejecutivo extraordinario que celebró este miércoles la CEOE. En este encuentro Garamendi expuso a sus patronales y sectores cómo está actualmente la situación y tomó nota de «sus impresiones», preocupaciones y planteamientos. Esta reunión ha sido clave para fijar las líneas maestras en esta recta final. «A mí me ha valido para mucho, cuando te transmiten cuál es la opinión, el interés y la dirección que en cierta medida tenemos que tomar», precisó.
No quiso entrar en más detalles, pero el líder de los empresarios lo tiene claro. Para su organización la línea roja es mantener la flexibilidad que marcó en su momento una reforma laboral que alabó por ser capaz de crear más de tres millones de empleos. «Si quieren tocar algo, tóquenlo, pero no me toquen el centro de esa reforma que Europa ha dicho que es fundamental», apuntó.
Pese a que el reloj apremia, Garamendi descartó sentirse presionado por el Gobierno o por el calendario. «Queda muchísimo tiempo. Quedan 13 días y 13 días dan mucho de sí», apuntó. Y prosiguió: «Nosotros vamos a seguir trabajando en ello. Pero ahora no podemos decir ni que sí ni que no». En lo que sí hizo hincapié es en que «las prisas no son buenas consejeras», por lo que «si no llegamos a tiempo tendremos que decir que no».
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