Secciones
Servicios
Destacamos
El síndrome del trabajador quemado ('burn-out' en inglés) está reconocido oficialmente como una enfermedad profesional, derivada del desarrollo del trabajo, por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así lo dictaminó el 25 de marzo de 2019, ya que hasta entonces estaba considerado como ... un problema asociado al empleo o al paro. La OMS estableció un plazo de 18 meses para que los países adecuaran su legislación para incorporarlo al cuadro de enfermedades profesionales.
Sin embargo, el plazo ha expirado y España sigue con los deberes sin hacer. Por ello, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, exigió este lunes al Ministerio de Trabajo y Economía Social, por medio de una carta dirigida a la ministra Yolanda Díaz, la incorporación inmediata del síndrome del 'burnout' en el cuadro de enfermedades profesionales, recordando al Gobierno que lleva un retraso de más de un año para adaptar a las leyes nacionales la decisión de la OMS.
El pasado 1 de enero de 2022 entró en vigor la última revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Supone la consideración del síndrome de desgaste profesional ('burnout' en CIE-10) como un problema relacionado con el trabajo. Hasta esta revisión, el 'burnout' estaba incluido entre los «problemas relacionados con la dificultad en el control de la vida», dentro de la categoría genérica de «personas que entran en contacto con los servicios sanitarios en otras circunstancias».
Con la nueva clasificación, el síndrome de desgaste profesional se incluye en el capítulo 24: «Factores que influyen en el estado de salud o el contacto con los servicios de salud» dentro de la subcategoría de «Problemas asociados con el empleo y el desempleo» y es codificado como QD85: «Síndrome de desgaste ocupacional».
Este síndrome afecta al trabajador mediante un agotamiento emocional, físico y psicológico, consecuencia de la exposición a unas condiciones organizativas nocivas. Se trata de un caso muy común en profesiones con grandes responsabilidades y alto nivel de interacción con los usuarios, tales como la sanidad, la docencia o la seguridad. Entre sus consecuencias más significativas destaca el gran desgaste emocional, la despersonalización del trabajador y el autohostigamiento, que se manifiesta en la pérdida de confianza en las propias capacidades.
La Fundación Europea de Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) considera que uno de cada cinco empleados en Europa sufre este síndrome. En España el 43% de los profesionales tiene cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral, siendo además el 70% de estos trabajadores los que afirman que se trata de una sensación que ha aumentado desde la pandemia de la covid-19, según la Guía del Mercado Laboral 2022.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.