Ribera asegura que Iberdrola ha paralizado la revisión de contratos de la industria

Ribera ha advertido de que, previsiblemente, los precios de la electricidad se van a mantener por las nubes hasta el mes de marzo o abril. Pese a ello ha aclarado que es algo sobre lo que no se pueden hacer muchas estimaciones «porque va a depender de factores como las temperaturas que tengamos en el invierno o la posibilidad de tener o no gas en Europa a través de gaseoducto de Rusia».

Iberdrola remitió a principios de mes una carta a los clientes industriales con contratos de largo plazo en la que les indicaba la necesidad de renegociar las condiciones. Buena parte de ellos se concertaron con precios de 60 euros por megavatio o incluso inferiores, que ahora se han convertido en ruinosos. El decreto convalidado la pasada semana por el Congreso impone penalizaciones de entre 80 y 90 euros por megavatio para la generación renovable. La vicepresidenta ha indicado que «ha sido tan sólo una empresa la que había puesto en marcha este mecanismo -en una referencia directa a Iberdrola- y de momento lo han paralizado». Fuentes de la compañía eléctrica confirmaron que se ha producido ese frenazo, aunque lo enmarcaron también como una medida provisional, «a la espera de que se conozcan los cambios que va a introducir el Gobierno sobre las condiciones que se han establecido en el último decreto».

Esa revisión de contratos es tan sólo uno de los problemas que tienen las empresas grandes consumidoras de energía. En los últimos días, empresas como Fertiberia, Sidenor y ArcelorMittal han anunciado paradas en sus producciones durante las próximas semanas ante la inusitada elevación de sus costes, de la mano de la factura eléctrica. La vicepresidenta ha señalado que son muy pocas las empresas o una parte limitada de su consumo -por debajo al parecer del 30%- las que tienen contratos de suministro de largo plazo, que pueden ofrecer una cierta estabilidad en sus costes. Una pescadilla que se muerde la cola, porque las industrias electrointensivas también apuntan que resulta difícil conseguir que las compañías eléctricas acepten este tipo de compromisos.

Ribera ha animado a las empresas consumidoras ha incrementar esos contratos, aunque también ha pedido a las compañías eléctricas que hagan un esfuerzo para que se puedan concertar y a precios que resulten razonables. En la misma línea ha insistido en que las empresas eléctricas absorban una parte del impacto que va a tener este aumento coyuntural de los precios de la electricidad, de la misma forma que el Estado ha renunciado a buena parte de los impuestos vinculados a la factura de la luz.

El Gobierno es consciente de que tiene un buen lio en un asunto en el que su capacidad de actuación es limitada. Por ello la vicepresidenta ha insistido en la necesidad de que la Unión Europea revise el esquema de fijación de precios de la electricidad -el ya famoso sistema marginalista-, que permite que la generación más barata obtenga los rendimientos económicos de la más costosa. Un empeño que, de momento, no ha tenido eco aunque Ribera ha señalado que «seguiremos insistiendo» ante la UE.