La falta de microchips semiconductores sigue retrasando más y más una recuperación que aún no se vislumbra en el sector de la automoción. Los últimos datos difundidos por la patronal confirman que septiembre fue un mes nefasto debido a que la producción cayó un 32, ... 2% respecto a un 2020 donde los resultados ya eran malos debido a la pandemia y el reciente confinamiento.
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La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) reveló que, en el acumulado del año, la reducción de la cuota es del 25%, lo que equivale a 1,59 millones de vehículos. Pero este índice no deja de aumentar ya que tras un inicio del ejercicio en donde las cadenas de suministro respondían mejor la situación ha empeorado conforme han pasado los meses. Entre los fabricantes ya se empieza a asumir que 2021 será incluso peor que 2020. Entonces, el problema principal era que nadie quería comprar pero ahora es que no se pueden ensamblar nuevos coches.
«Esta cuestión coyuntural que golpea al sector de la automoción se está alargando más tiempo del inicialmente estimado, tensionando la cadena de producción del sector y marcando a la baja tanto el ritmo de fabricación como del mercado de vehículos nuevos», subrayaron desde la patronal. Y no se espera que la crisis se reconduzca en el medio plazo porque la mejora llegará a finales de 2022 o incluso 2023. Una fecha que comparten en toda Europa, donde la crisis es muy similar.
La consecuencia lógica de esta caída es palpable en las exportaciones, que registran un fuerte descenso del 30,3% en comparación con el mismo mes del año anterior, hasta obtener un total de 163.978 unidades enviadas. Para el acumulado de 2021, se han comercializado 1.381.378 vehículos.
Con una producción que no puede cubrir la demanda de vehículos las listas de espera están desbocadas. Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, explicó «que los clientes esperan una media de tres a seis meses» y que cada vez más adquieren el vehículo que está disponible para no esperar más tiempo. En sectores como el de la distribución, con vehículos especializados, el plazo puede alargarse a un año.
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La falta de una pieza fundamental para crear estructuras electrónicas ha obligado a las diferentes plantas a parar la producción y encadenar un sinfín de ERTE e incluso ERE. El último confirmado ha sido el de la factoría de Renault en Palencia pero el goteo de paros es constante: las plantas de Stellantis (antigua PSA Citröen) en Vigo y Zaragoza, la de Wolkswagen en Navarra, la de Mercedes en Vitoria, la de Seat en Barcelona, la de Renault en Valladolid, la de Nissan en Barcelona, la de Ford en Valencia... Ninguno de los gigantes se ha librado.
El único punto positivo en un contexto tan complicado es que la producción de vehículos electrificados ya supone casi uno de cada diez pedidos y marca su mejor cuota. Hasta el noveno mes suman un total de 181.354 unidades, un 77% más que en el mismo espacio de tiempo del año anterior.
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En este punto, Anfac reclama la activación, cuanto antes, de las medidas y herramientas planteadas en el denominado Perte de la automoción que tiene que implicar inversiones millonarias en el marco de los fondos europeos. Una medida que ayudará a acercar la recuperación y la transformación del sector hacia la electrificación. Algo que no ha llegado aún de forma decisiva a parte de las plantas.
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