La reforma de las pensiones está por fin a punto de ver la luz después de varios años de retraso. Al contrario que en los ERTE, la negociación paralela que mantienen para este tema clave y comprometido con Bruselas sí avanza por el buen camino ... y el Gobierno confía en aprobarla en el mes de junio, según coinciden todas las partes. Es más, las medidas parecen ya cerradas y ahora el debate está centrado en la redacción de la nueva norma. Así al menos lo aseguró hoy el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá: «El acuerdo programático con patronal y sindicatos está cerrado y ahora estamos en el punto de discutir el texto normativo, que es un proceso prolijo», apuntó. Y aseguró: «Tiene que llegar muy pronto al Congreso, antes del verano».
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Los interlocutores sociales, sin embargo, no se mostraron tan optimistas y no dan aún nada por cerrado, pero sí reconocieron que el acuerdo podría lograrse incluso la próxima semana, una vez se dé carpetazo a los ERTE, según varias fuentes consultadas. «Creo que va avanzando, vamos poco a poco consiguiendo espacios y en este momento lo que estamos trabajando es el texto normativo y esto lleva sus plazos y tiempo», apuntó el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que advirtió que el Pacto de Toledo tardó años en llegar a un acuerdo y «no se puede pretender que nosotros lo hagamos en media hora». «La música va hacia adelante pero ahora estamos trabajando la letra, que es importante en un acuerdo como pensiones», matizó.
Lo que sí criticó Garamendi es que Escrivá condicionara esta reforma con el acuerdo en los ERTE, algo que el ministro negó con rotundidad. «Yo creo que el ministro se equivoca, se equivoca en muchas cosas, en esta también», apuntó, precisando que «ha querido mezclar los ERTE con las pensiones», algo que no les gusta ya que «no tienen nada que ver, pensamos que son diferentes».
Para alcanzar este acuerdo el ministro ha tenido que hacer una serie de concesiones a los agentes sociales, la última de ellas ha sido sacar de esta primera fase el diseño de los tramos de cotización por el que se regirán los autónomos en el nuevo sistema en función de sus ingresos reales. Su departamento presentó un texto de preacuerdo en el que se incluían 13 tramos que oscilaban entre una cuota mínima de 90 euros al mes y una máxima de 1.220 a partir de 2032, lo que provocó el enfado del colectivo.
Así, en el acuerdo de pensiones se incluirá una redacción muy general de que se implantará en 2023 y de forma gradual durante nueve años y se deja la negociación de las cuotas para más adelante, según confirmaron a este periódico fuentes cercanas a la negociación. «Tenemos que discutir exactamente el número de tramos y cuál es el mínimo, puesto que el máximo será el que haya para los asalariados», admitió Escrivá, quien también matizó que la discusión está más en la velocidad de aplicación, ya que unas organizaciones quieren que el ritmo vaya más rápido (como UPTA) y otras más lento (como ATA), que «en dónde vamos a terminar».
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Otra de las medidas que finalmente se ha incluido para lograr el sí de los sindicatos es la derogación del factor de sostenibilidad, con lo que se da carpetazo definitivo a la reforma de Mariano Rajoy. El Gobierno se da un plazo de doce meses para negociar uno nuevo.
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