La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Efe

La necesidad de un 'rescate' europeo para aliviar el peso sobre el déficit y la deuda

España puede optar a 24.000 millones de euros de los fondos MEDE, pero por ahora no se cree imprescindible

Domingo, 17 de mayo 2020, 00:13

Las previsiones que el Gobierno envió a Bruselas hace unos días reconocen que la paralización económica supondrá disparar el déficit al 10%, una caída del PIB de más del 9% y una deuda pública superior al 115% este año. Para aliviar ligeramente este peso, España ... puede recurrir a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), aunque por ahora las compras del Banco Central Europeo (BCE) y las emisiones del Tesoro han sido suficientes.

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El Eurogrupo ha aprobado la activación de un fondo de rescate que podrán usar los estados por 240.000 millones de euros en líneas de crédito. La buena noticia es que esa ayuda no va acompañada de ninguna condición más que su finalidad sea el gasto sanitario y el apoyo a las familias. España podría optar al 2% de su PIB, unos 24.000 millones.

Klaus Regling, director ejecutivo del MEDE, señaló en una entrevista con agencias europeas que España ahorraría 2.000 millones de euros acogiéndose a estos créditos por el bajo interés al que se financian (0,115%). Desde Funcas aseguran que ahora no parece necesario dada la actuación del BCE conteniendo la prima de riesgo, aunque habrá que ir analizando cómo se comporta la economía. Porque aunque sea ventajoso en el pago de intereses, es complicado por el estigma que supone para España pedir este 'rescate' a Europa tras la gran crisis de 2008.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, explicó esta semana que durante los próximos dos años el déficit de los países de la eurozona será «mucho más elevado» por el gasto público, pero el legado que quedará será una ratio de deuda más elevada «por la necesidad de financiar el mayor déficit». Por ello, anunció que el BCE continuará haciendo «todo lo necesario» para garantizar que su política monetaria se transmite a toda la eurozona.

«Esta no es una crisis que se haya producido por un mal comportamiento de un sector específico sobreendeudado, sino por una emergencia sanitaria, por lo que la falta de solidaridad europea no tiene excusa», asegura Miguel Cardoso, economista de BBVA Research. Lo más adecuado sería «algún mecanismo de mutualización del gasto sanitario» para que haya transferencias de fondos entre países europeos.

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Por su parte, José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio, asegura que la UE está en una «encrucijada» y que, si no se sitúa al lado de los ciudadanos, será su fin. «Sería un error, necesitamos un tercer actor mundial más allá de China y EE UU, pero sin un apoyo claro a las empresas y a los ciudadanos europeos, no tiene ningún futuro», advierte.

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