C. A.
Lunes, 23 de octubre 2023, 11:52
Las Bolsas europeas volvieron a vivir este lunes una jornada de alta tensión en la que el Ibex-35 se dejó finalmente un 0,37% en su cuarta sesión de números rojos, hasta los 8.935puntos. El selectivo perdió así lo 9.000 por primera ... vez desde el pasado marzo, en plenas turbulencias bancarias en EE UU y Suiza con la caída de Credit Suisse. Lo hace, además, tras dejarse otro 2,2% durante la semana pasada.
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Pero el correctivo podría haber sido mucho peor, ya que el principal indicador de la Bolsa española llegó a ceder más de un 1% en los momentos de mayor nerviosismo de la jornada.
El enquistamiento del conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, el repunte del petróleo y la cercania de las reuniones del Banco Central Europeo (BCE)y de la Reserva Federal (Fed) están detrás del nerviosismo de los inversores.
La incertidumbre en torno a si habrá más subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales ha sido una de las principales fuentes de preocupación de las últimas jornadas. Algo que se está dejando notar de forma especial en los mercados de deuda, donde la rentabilidad de los bonos –que vienen a indicar lo que debe pagar un país para colocar su deuda– se mantiene en niveles muy elevados. Este mismo lunes, el interés del bono de EEUU a diez años superó el 5% por primera vez desde 2007, en plena caída de Lehman Brothers.
Al cierre de la sesión, esa cifra se relajó ligeramente al 4,9%, permitiendo a las Bolsas europeas recuperar algo de terreno. No obstante, ese rebote final no fue suficiente para el Ibex, lastrado por las caídas del 2,5% de Sabadell, del 2% de Bankinter o del 1,5%de CaixaBank. También otros grandes valores como Telefónica o Repsol empujaron a la baja, con descensos de más del 1%al cierre que contrarrestaron el mejor comportamiento de IAG (+2,55%)o Inditex (+1,76%), que lideraron la parte alta de la tabla al cierre de la sesión.
En todo caso, la gran cita de la semana será la reunión del BCE de este jueves, en la que se espera que el organismo mantenga sin cambios los tipos de interés en el 4,5%, si bien no se descarta un alza adicional de 25 puntos básicos. Todo para intentar controlar una inflación muy persistente, aunque eso implique abocar a las economías a una desaceleración mayor de lo esperado. Y ese es, precisamente, el gran temor del mercado.
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Precisamente, en un discurso el jueves en el Club Económico de Nueva York, Jerome Powell, presidente de la Fed, advirtió que «las tensiones geopolíticas son muy elevadas y plantean riesgos importantes para la actividad económica mundial». Algo que ha provocado aversión al riesgo por parte de los inversores que apuestan por activos considerados refugio, como el dólar o el oro.
Desde la gestora de fondos Flossbach von Storch interpretan que los inversores empiezan a adaptarse a un periodo más largo de tipos de interés más altos, después de que en sus últimas proyecciones los miembros de la Junta de la Fed indicasen que esperan que los tipos de interés se mantengan por encima del 5% hasta finales de 2024.
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«El supuesto subyacente es que el nivel de tipos de interés alcanzado ahora aún necesita tiempo para desarrollar su efecto ralentizador sobre la economía y la inflación. Esto apunta a un enfriamiento de la economía mundial, ya que se prevén efectos similares en Europa y la economía china también crece mucho más despacio. Además, el aumento de los tipos de interés reduce las posibilidades de gasto e inversión de los consumidores», explican.
Desde el departamento de análisis de Bankinter añaden que «la realidad es que la subida de la rentabilidad (que se mueve de manera inversa al precio) le facilita el trabajo a la Fed. Y así lo ha dejado ver Powell. Esto conlleva un endurecimiento de las condiciones de financiación y les resta presión de cara a sus próximas reuniones en un entorno donde la macro no afloja«. »Si la macro sigue mostrando fortaleza, con el PIB americano que se conocerá el jueves en el foco, es difícil que la TIR de los bonos se relaje», apuntan.
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Mientras, en el mercado de materias primas, el precio del barril de petróleo de calidad Brent, referencia para el Viejo Continente, se relajaba en el entorno de los 91 dólares, mientras que el West Texas estadounidense rondaba los 86 dólares.
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