El Ibex cierra al filo de los 8.600 puntos

El conjunto de indicadores europeos terminó la jornada en negativo. El peor fue el Ftse Mib de Milán, que se dejó un 1,07%, seguido del Dax alemán, con un recorte del 0,88%. El Cac 40 francés imitó al selectivo español al retroceder un 0,65%. El PSI-20 de Lisboa, mientras, perdió un 0,45%. El Ftse 100 británico, por su parte, cedió un 0,28%, con lo que fue el mejor del día.

El recorte del Ibex-35 es relativamente pequeño teniendo en cuenta que únicamente tres de sus valores fueron capaces de terminar la sesión en verde: Gamesa fue el más rentable, con una subida del 0,49%, seguido de Enagás, que se anotó un 0,23%, mientras que Merlin Properties avanzó un 0,10%. 

Entre los mejores pero ya en negativo, Aena, que se dejó un 0,04%, mientras Red Eléctrica, Acciona y Gas Natural perdieron alrededor de un 0,10%. 

En negativo, el peor fue el Popular, que se dejó un 4,11%, seguido de IAG, que retrocedió un 2,45%. Grifols y Técnicas Reunidas perdieron algo más de un 1,5%. Otros valores que cayeron más de un punto porcentual fueron ACS, Indra, Mapfre, BBVA, Inditex, CaixaBank y Viscofán. Las reducidas pérdidas que sufrieron algunos de los grandes valores, como Repsol, Telefónica e Iberdrola (de un 0,25%, como máximo), salvaron al indicador de padecer descensos más abultados. 

En el Índice General de la Bolsa de Madrid, Codere encabezó los ascensos al dispararse un 20%, quizás ante la apuesta realizada por JP Morgan por el valor. Después, pero lejos, se colocó OHL, que se anotó un 7,35%. En negativo, ningún valor cayó más que el Popular. A continuación se colocó Solaria, que se dejó un 3,90%. Y, muy cerca, Amper, que bajó un 3,85%. 

En el Eurostoxx 50, sólo media docena de valores esquivaron las pérdidas. Orange fue el más rentable, con una subida de algo más de medio punto porcentual. En negativo, el peor fue Unicredito, que se dejó un 3,72%. 

Jornada mixta en lo macro

La jornada estuvo marcada por varios datos macroeconómicos que en su conjunto podemos decir que fueron mixtos. Por un lado, unos muestran que la situación económica global sigue siendo débil. Por otro, hay indicadores que ponen de manifiesto cierta fortaleza, lo que hace temer endurecimientos monetarios, sobre todo en EE UU Y el mercado puede no saber qué preferir.

Por la mañana, en primer lugar, conocimos el dato definitivo del PIB español del segundo trimestre, que creció un 0,8%, una décima más de lo previsto por los analistas y una décima por encima de lo que había crecido entre enero y marzo. Una buena noticia, sin duda. Pero, a continuación, lo que llevó a corregir a los índices fue la publicación del índice de confianza empresarial de Alemania, el Ifo, que cayó de los 108,3 puntos hasta los 106,2, cuando los expertos habían previsto una leve mejora hasta los 108,5 puntos. El índice cayó también en la evaluación de la situación actual como en su componente de expectativas. 

El euro, lejos de sufrir y perder posiciones, se apreció. De niveles en el entorno de 1,1265 unidades en que comenzaba el día pasó a rozar el nivel de 1,13. Al cierre se venía un poco abajo, para colocarse en el entorno de 1,1282 unidades. 

Conocimos por la tarde varios datos económicos de importancia en Estados Unidos. En primer lugar, el paro semanal cayó por sorpresa, mientras que los pedidos de bienes duraderos crecieron un 4,4% en julio, cuando los expertos esperaban un avance del 3,4% y tras retroceder un 4,2% el mes anterior. Batieron expectativas tanto los datos en conjunto como los referidos a los bienes ajenos al transporte y al sector defensa. El que decepcionó fue el índice de gestores de compras del sector servicios, que cayó de los 51,4 puntos hasta los 50,9, cuando el mercado esperaba una ligera mejora hasta los 51,8 puntos. El índice compuesto, que incluye también al sector industrial, con ello, bajó levemente de los 51,8 hasta los 51,5 puntos. 

Con esta batería de referencias sobre la mesa, Wall Street comenzó con poca fuerza, con un leve sesgo negativo, que se borraba a medida que se iba acercando el momento del cierre de las Bolsas europeas, pese a la incertidumbre que aún despierta lo que pueda hacer la Reserva Federal en los próximos meses y lo que pueda decir mañana en Jackson Hole Janet Yellen, su presidenta, en la reunión de banqueros centrales. En todo caso, el comportamiento de Wall Street, que tampoco se caracterizaba por mostrar entusiasmo comprador, dado que los inversores prefieren esperar el diagnóstico de Yellen antes de tomar decisiones de calado, fue importante para reducir los descensos de las plazas del Viejo Continente y para que el selectivo español al final casi lograra salvar los 8.600 puntos. 

Deuda estable y materias primas mixtas

En el mercado de deuda, veíamos poco movimiento al cierre de las plazas europeas. El interés de los bonos americanos a diez años se mantenía poco por encima del 1,55%. De todas maneras, no hay que pasar por alto que la curva americana nunca ha estado más plana que ahora desde 2008, dado el repunte de los intereses de la deuda a más corto plazo, que es la más sensible a las subidas de tipos. Y hoy volvió a haber declaraciones a favor del encarecimiento del precio del dinero. La presidenta de la Fed de Kansas, Esther George, afirmó que la mejora del mercado laboral y la inflación al alza debería favorecer subidas de tipos de interés. 

Mientras, el rendimiento de sus comparables alemanes rondaba el -0,08%. La rentabilidad de los títulos españoles daba un pequeño paso atrás hasta el 0,91%. La prima de riesgo de la deuda española se replegaba de nuevo por debajo de los 100 puntos básicos, hasta los 98.

En el mercado de materias primas, ligera subida del barril de Brent: avanzaba un 0,65%, hasta los 49,37 dólares. Lleva ya cuatro sesiones consecutivas sobre los 49 dólares y por debajo de los 50. El barril de West Texas, de referencia en Estados Unidos, cedía al término de la jornada europea un 0,22%, hasta los 46,37 dólares, pero parecía querer reemprender los ascensos. Y quinta jornada consecutiva de caídas para el oro: al cierre se dejaba un 0,14%, hasta los 1.322 dólares la onza, los niveles más bajos desde el 20 de julio.