Las matriculaciones se desploman por la incertidumbre normativa

Así lo concluye el Banco de España en un análisis que incluye en el Informe Trimestral de la Economía Española. En el texto, el regulador sugiere que la «desaceleración en las matriculaciones» y «la incertidumbre regulatoria» que se cierne sobre el sector son dos variables que «están estrechamente ligadas» tras estudiar el comportamiento de ambas situaciones: las ventas de coches nuevos y el temor ante las novedades legislativas que se han ido anunciando, plasmando e incluso modificando con el paso del tiempo.

El Banco de España achaca a varias de estas medidas el hecho de que los conductores se hayan retraído a la hora de adquirir un vehículo, una compra que «por su importe», como indica el informe, no es baladí. Entre esas circunstancias se encuentra la puesta en marcha del nuevo protocolo de medición de emisiones europeo (WLTP), que se puso en marcha el 1 de septiembre de 2018, y que fue el detonante de esta etapa de caída en las ventas. «Desde entonces -señala el Banco de España- la incertidumbre se ha mantenido en niveles elevados».

Además, se apunta a otras dos medidas que han distorsionado el mercado y las decisiones de compra, aunque hayan estado focalizadas en dos lugares concretos: Madrid y Barcelona. La puesta en marcha de 'Madrid Central' (la medida que restringía el paso de vehículos por la almendra histórica de la capital en función del tipo de vehículo que se tratase), así como, posteriormente, la 'ZBE Barcelona' (una medida similar en la Ciudad Condal desde el 1 de enero), han modificado la actitud de los potenciales compradores de coches en toda España. De hecho, el índice de incertidumbre elaborado por el regulador apunta a la celebración de las elecciones de 2019 así como a la moratoria de 'Madrid Central' como dos de los momentos de máxima y menor tensión en el sector automovilístico en los últimos años.

Aunque el propio Banco de España sostiene que esa situación «se disiparía» cuando los ciudadanos «internalicen completamente los cambios normativos». Además, la conclusión del informe expone que mientras los gobernantes nacionales, autonómicos o municipales continúen con sus políticas que generan temor entre los ciudadanos, persistirá «la debilidad en las ventas de coches».

Esa situación se postergará en el tiempo por «la falta de asentamiento de un paradigma tecnológico que reemplace» al de motores de combustión, que da «síntomas de agotamiento». Aunque el futuro pasa por el coche eléctrico, su desarrollo y popularización quedan aún muy lejos. Por otro lado, el Banco de España sostiene que todas las modificaciones regulatorias y cambios tecnológicos «podrían conllevar aumentos de precios», algo para lo que no todo el mundo se encuentra preparado o dispuesto.