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Salvador Arroyo
Jueves, 18 de marzo 2021, 10:48
El programa de compras de emergencia del BCE para combatir el impacto de la pandemia (PEPP) ha cumplido este jueves su primer año. La herramienta que ha conseguido mantener unas condiciones de financiación favorables en los mercados de la deuda de los Estados ha incrementado ... su dotación inicial de 750.000 millones de euros en dos ocasiones hasta alcanzar hoy los 1,85 billones. «Hemos cumplido con lo que habíamos prometido, pero no es momento de complacencias. El grave impacto que la pandemia sigue teniendo no sólo en la economía, sino en todos los aspectos de la vida de muchos europeos, no nos permite celebrar esta fecha», admitía la presidenta del organismo, Christine Lagarde, en una comparecencia en el Parlamento Europeo.
La abogada y economista francesa ha vuelto a alertar de que aunque «los riesgos que rodean a la perspectiva de crecimiento de la eurozona a medio plazo son hoy más equilibrados» -aludiendo a indicadores más optimistas sobre el crecimiento global y el avance de las campañas de vacunación- aún persisten «riesgos a la baja en el corto plazo» derivados de la expansión de las nuevas mutaciones del virus, con reflejo en la actividad económica y en las condiciones de financiación.
Lagarde ha garantizado el cumplimiento del último compromiso adquirido por la institución bancaria. Tras su reunión del Consejo de Gobierno la pasada semana decidió agilizar «significativamente» las compras de deuda los próximos tres meses para contener los riesgos de una mayor presión de los mercados sobre la deuda soberana. Una medida que se volverá a «revisar en el plazo de seis semanas» porque no se cierra a una mayor flexibilización aunque insistió en que la operación requiere esperar para calibrar su impacto real.
Aunque estas compras semanales «seguirán distorsionadas por factores de corto plazo, como reembolsos importantes ocasionales, el aumento de la tasa de ejecución de nuestro programa será visible cuando se perciba en intervalos de tiempo más largos», ha explicado a los eurodiputados del Comité de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara.
La responsable del BCE no ha duda en subrayar que en el actual contexto de «incertidumbre» exige una seguir manteniendo una postura fiscal «ambiciosa y coordinada»; algo «fundamental», remarcó porque las acciones expansivas de los Estados deben continuar brindando «apoyo crítico y oportuno a las empresas y hogares más expuestos a la pandemia y las medidas de contención asociadas». Al mismo tiempo, estas medidas deberían, en la medida de lo posible, «seguir siendo de carácter temporal y específico» para abordar las vulnerabilidades de «manera eficaz» y apoyar una rápida recuperación.
En este sentido, ha vuelto a subrayar que ha de aprovecharse la situación para que las políticas fiscales nacionales actúen «como catalizador» para transformar la economía de la eurozona durante el proceso de recuperación. Y aquí vuelve a ser una herramienta clave el 'Next Generation' que «debería estar operativo sin demora».
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