La persidenta del BCE, Christine Lagarde. afp

La guerra en Ucrania desata el miedo al frenazo económico

El repunte inflacionista amenaza las políticas monetarias de los bancos centrales y pone en riesgo el poder de compra e inversión

Viernes, 25 de febrero 2022, 16:36

La guerra entre Rusia y Ucrania amenaza la recuperación que muchas economías desarrolladas habían logrado impulsar a niveles previos a la pandemia en los últimos meses. Para empezar, el miedo o la incertidumbre por sí solos pueden suponer una bomba de relojería para las decisiones ... de consumo e inversión de ciudadanos y empresas. «Además, en un mundo interconectado, los conflictos regionales pueden provocar interrupciones en la cadena de suministro, con amplias consecuencias negativas para la producción mundial», indica Silvia Dall'Angelo, economista sénior de la gestora Federated Hermes.

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Pero lo que más preocupa en Europa es que el conflicto agrave el alza que ya acumulaban los precios de materias primas como el gas –disparado en 134,3 euros por MW/h– o el petróleo, que vuelve a batir los 100 dólares por primera vez desde 2014. Según explica Roberto Scholtes, responsable de inversión de UBS España, explica que si esos precios se mantienen, restaría un cuarto de punto al PIBde la zona euro «y algo más de cuatro décimas a la economía española». Cifras que se elevarían a un punto y siete décimas, respectivamente, si el conflicto se pone en lo peor. En cualquier caso, recuerda que «en un año en el que esperamos un crecimiento del 6%, estaríamos lejos de una recesión».

Pese a ello, la preocupación es evidente en Europa. El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, trasladó ayer a los responsables políticos reunidos en París que el conflicto puede reducir la producción económica de la zona euro entre un 0,3% y un 0,4% este año.

La clave estará en el tiempo que se prolongue la tensión. «Las expectativas de inflación podrían descontrolarse en la zona euro con el problema añadido de la disparidad de niveles de IPC que tenemos entre países 'core' y periféricos», advierte Ismael García Puente, gestor de Mapfre Gestión Patrimonial. Yesta situación supone un problema añadido para los bancos centrales, que ahora se debaten entre mantener su apuesta por retirar los estímulos para aplacar esa inflación (en principio, ahora con más motivo que nunca), o esperar para evitar que ese movimiento termine por torpedear el ritmo de crecimiento de unas economías que en los últimos años se han vuelto extremadamente dependientes de los estímulos.

Impuesto a la recuperación

El margen de maniobra es escaso. Pero resulta evidente que los ciudadanos tendrán que soportar el impuesto que el alza de precios supone para la recuperación, incluso si los bancos centrales empiezan a subir los tipos de interés para controlarla. «Esperamos un aumento en el petróleo y el gas incluso si las sanciones energéticas no se materializan. Ytambién aumentará el precio de los alimentos con la interrupción del suministro en mercados como los cereales», advierten desde la gestora Natixis. El jueves, el precio del maíz o la cebada, que copan buena parte de las exportaciones ucranianas, ya se disparó a niveles nunca vistos desde mediados de 2012.

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Los analistas también advierten de que la ansiedad que se está viviendo en los mercados puede derivar en un endurecimiento de las condiciones financieras a nivel mundial, por ejemplo, a través de un dólar más fuerte. Algo que, por otro lado, beneficiaría a las exportaciones europeas. En todo caso, y según datos del ICEX, Rusia apenas representa el 0,7% del total de las ventas españolas en el exterior, cifra que no llega al 0,2% en el caso de Ucrania.

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