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S.I.B.
La guerra dinamita la economía: precios, energía e incertidumbre

La guerra dinamita la economía: precios, energía e incertidumbre

En solo 12 meses, los hogares han pasado a preocuparse por la inflación, las hipotecas y sus ahorros como no lo hacían en años

Sábado, 25 de febrero 2023, 00:02

Los primeros bombardeos de las tropas rusas sobre la frontera con Ucrania, el 24 de febrero de 2022, dieron la vuelta por completo a todas las economías domésticas. Ninguna de las preocupaciones que tenían los españoles hace un año permanece en sus retinas. Por entonces, todas las miradas se centraban en cómo saldrían de la crisis del coronavirus; de cuándo acabarían las restricciones que ahogaban a muchos negocios;y de cuántos turistas llegarían para afrontar el resto del año. Nada de eso ya es primordial. Ahora, lo importante es saber cuánto ha subido el litro de aceite cuando vamos al supermercado;qué revisión contendrá la carta del banco en la que me informa de la subida de la hipoteca; o cuál es la tarifa de gas o de luz que debo contratar para evitar una factura de 400 euros.

La guerra económica ha puesto encima de la mesa una realidad completamente distinta a la que se vivía hace un año. Ha destronado todos los pilares de la economía que sale cara: está desbocada en precios, con costes energéticos elevados, intereses al alza y deuda cara. Pero, sobre todo, ha impregnado la incertidumbre en todas las variables posibles, incluso en las que no han defraudado, como el empleo.

Euríbor

La última vez que muchas familias habían hablado del euríbor en sus conversaciones diarias fue hace diez años, cuando el Tribunal Supremo anuló buena parte de las cláusulas suelo que contenían una parte de las hipotecas. Por entonces, esos créditos no se beneficiaban del todo por los tipos al 0% y el índice en negativo. El euríbor ha sido la variable económica que ha dado varios giros de guión vertiginosos desde que comenzó la guerra:ha pasado del -0,4% al 3,5% actual. Cuatro puntos porcentuales que están descuadrando hasta el mejor presupuesto doméstico posible. Los incrementos de las cuotas mensuales superan en algunos casos los 300 euros al mes. Y no hay visos de que la escalada se detenga.

El Banco Central Europeo (BCE) subirá tipos el 14 de marzo. Y el euríbor rozará el 4% en junio. Con estos visos, los ciudadanos están recomponiendo sus cuentas, al tener que destinar mucho más dinero al pago de la hipoteca del que venían haciendo hasta ahora. Aunque no existen soluciones mágicas, los más afectados han comenzado a moverse. Una parte de los hogares, interesándose por el cambio a una hipoteca a tipo fijo. La legislación permite tramitarlo casi sin costes, aunque siempre hay que vigilar el tipo de interés que se asume y cuál será la cuota final para evitar que ahoge a cualquier familia. El Gobierno y la banca también se han puesto de acuerdo en este año para facilitar reestructuraciones de hipoteca y aliviar la mensualidad. Por ahora, los impagos están contenidos:la morosidad apenas llega al 3%..

Depósitos

Remuneracion al cliente (%)

Las colas en el Banco de España para comprar deuda son el paradigma de la nueva etapa económica. Durante todo el mes de febrero, centenares de ciudadanos se han agolpado a las puertas de las distintas sedes del supervisor (en Madrid, pero también en el resto de España) para adquirir Letras del Tesoro. Un producto casi olvidado por los inversores que la actual crisis de Ucrania ha vuelto a poner sobre la mesa. Porque el interés de estos productos a un año vista ha llegado a rozar el 3%, muy lejos de la retribución anual que otorgan los bancos a los depósitos, de apenas un 0,64%. Los depósitos, que durante años han sido nulos rentablemente hablando, siguen sin arrancar. La banca prefiere promocionar otro tipo de productos, como los fondos de inversión, a pesar de que los españoles ya tienen ahorrado más de 1,5 billones de euros en depósitos bancarios.

Inflación

Tasa interanual (%)

Si hay una estadística que haya protagonizado el año es la inflación y el Índice de Precios al Consumo (IPC). Hasta finales de 2021 estaban aparcados, pero poco a poco los precios empezaron a subir y todos los españoles empezaban a notarlo en sus bolsillos. Y el estallido de la guerra no hizo más que empeorar la situación. Pero poco a poco fue extendiéndose como una balsa de aceite a los alimentos por la subida de precios de los fertilizantes, la energía, el transporte y el cereal que faltaba de Ucrania. Al final, la tasa subyacente –más estructural y difícil de aplacar–. España registraba una inflación del 0,5% en enero de 2021. Un año después, escaló al 7,6%, con la subyacente en el 3%. Y ahora se encuentra en el 5,9% —subyacente al 7,5%– aunque tocó un pico en julio del 10,8%. Hay que retrotraerse a los años 80 para encontrar registros parecidos.

Luz

¿Cuál es la mejor tarifa posible? Para un hogar medio, hasta ahora ajeno incluso al contrato que tenía firmado con su compañía eléctrica o de gas (el 70% lo desconoce, según la CNMC), hacerse esta pregunta ha supuesto más de un trauma. Sobre todo, después de tener que asumir recibos mensuales de hasta 300 o 400 euros, tres o cuatro veces más de lo que estaban acostumbrados a pagar. Si en algo han notado los ciudadanos la guerra ha sido en la energía. Incluso con amenazas de falta de suministro, como ocurrió en las primeras semanas del conflicto en 2022.

Gas natural

Finalmente, no ha habido apagón, como para el que se llegaron a entrenar Alemania y Austria. Pero, a cambio de esa garantía de suministro, poder encender el interruptor ha resultado caro, mucho más caro. La tensión fue tal en el mercado, que España llegó a plantear una intervención (la excepción ibérica) no ya para que los precios bajasen sino, al menos, para que no subieran tanto como lo hicieron en el resto de Europa en verano. El de la energía ha sido el sector más intervenido por la batalla bélica: limitaciones al precio de venta, subsidios y hasta un nuevo impuesto sobre los beneficios caídos del cielo. Europa nunca pensó que el papel público llegara a ese nivel en una economía de mercado.

Empleo

Tasa de paro (%)

Contra todo pronóstico, el mercado laboral, acostumbrado a contagiarse rápidamente de cualquier incertidumbre, ha demostrado una inusitada resiliencia durante prácticamente todo 2022. En los cuatro meses posteriores a la invasión rusa, se crearon 650.000 empleos, lo que permitió a la Seguridad Social anotarse un récord histórico de cotizantes, al elevarse por encima de los 20,3 millones por primera vez en la historia.

Sin embargo, a partir del verano ha ido perdiendo fuelle al perder casi 270.000 afiliados. El ritmo de crecimiento se ha reducido significativamente del 4,5% inicial al 1,4% final, según la EPA. El momento de fuerte recuperación parece haber llegado a su fin y ahora ya sí el impacto de la guerra de Ucrania se deja notar en el empleo, que acusa un fuerte frenazo, mientras el número de parados ha vuelto a elevarse por encima de los tres millones. Habrá que comprobar si el empleo sigue mantiene esa resistencia.

Bolsa

IBEX (puntos)

La Bolsa ha sido una de las más resistentes en Europa desde el estallido de la guerra en Ucrania. Aquel 24 de febrero de 2022, el Ibex-35 sufrió una caída de casi el 3%, por debajo del 4% registrada en Alemania o Francia. Pero el pánico vendedor provocó que el selectivo se quedase tiritando en los 8.198 puntos, su nivel más bajo en un año. Desde ese día, los inversores han sorteado la incertidumbre con una subida acumulada del 12% y cotiza en 9.200 puntos. Y la cifra es más abultada si se compara con los mínimos de marzo (7.600 puntos), cuando la tensión geopolítica era total. A pesar de esta rápida recuperación, lo que sí ha cambiado radicalmente el conflicto es el sentimiento inversor. El hecho de que tanto los activos de riesgo como los más seguros provocaran fuertes pérdidas en 2022, ha obligado a que las palabras «prudencia» e «incertidumbre» estén siempre presentes en cualquier tipo de decisión.

PIB

Crecimiento interanual

España cerró un año complicado con un crecimiento del PIB del 5,5%. No solo sorprendió a los analistas, sino también al propio Gobierno que pronosticaba un aumento del 4,4%. Pero ese cierre no es más que una fotografía fija. La evolución no estuvo exentas de alarmas como las lanzadas por la Autoridad Fiscal, que llegó a vaticinar una recesión tras el verano. Septiembre estaba llamado a ser apocalíptico. No fue así. Aunque España es de los pocos países de la UE cuyo PIB aún no ha alcanzado el nivel previo a la pandemia.

Deuda

En % sobre el PIB

El hándicap también se llama deuda. La economía ha conseguido reducir la tasa sobre el PIB al 113%, cinco puntos menos que hace un año. Pero el Tesoro ha rebasado los 1,5 billones de euros de endeudamiento público. Y la Seguridad Social, los 100.000 millones.

Gasolina 95

La primera y gran preocupación de los ciudadanos nada más conocer que Putin había comenzado su particular invasión a Ucrania fue mirar el precio de los combustibles. Porque ya desde finales de 2021 repostar en alguna estación de servicio era cada vez más caro. La sensibilidad de los españoles con la gasolina y el diésel estaba a prueba de golpes. Pero nadie podía imaginar que esos costes se dispararan por encima de los dos euros por litro, como ocurrió en verano.

Antes de que llegaran las vacaciones estivales, los precios comenzaron a subir como la espuma. A mediados de marzo del año pasado, el diésel costaba 1,5 euros por litro;y la gasolina, más de 1,6 euros por litro. El resto de socios europeos comenzaba a aprobar ayudas para que sus ciudadanos pudieran hacer frente a una factura, la del combustible, cada vez más pesada. En España, el Ejecutivo reaccionó un mes después, y lo hizo con una iniciativa que intentaba apagar el incendio de la huelga de transportistas, que justo aquel mes casi puso en jaque a toda la economía: una ayuda de 20 céntimos de euro por litro repostado. Sin distinción por rentas y sin límite de gasto.

Diésel

De la noche a la mañana, los precios de los surtidores vieron reducidos sus costes en esos 20 céntimos, más las ayudas que las propias petroleras pusieron sobre la mesa, en el entorno de otros 10 céntimos adicionales por litro. La medida, pensada para tres meses, se prorrogó con la llegada del verano, justo cuando el precio de los combustibles alcanzó su récord, por encima de los dos euros por litro. Había gasolineras que no tenían habilitado el número '2' en sus letreros automáticos. Porque nunca la gasolina o el diésel llegaron a esos límites.

El transcurso del verano encendió las primeras alarmas en Hacienda:el gasto en combustible, lejos de moderarse, seguía avanzando. Y lo que el Estado tenía pensado gastar con esta ayuda (unos 4.000 millones de euros hasta final de año) pasó a ser de 6.000 millones. Para todos, incluidos los turistas extranjeros que llegaron a España en coche durante 2022.

  • Fuentes INE, BCE, Banco de España, Omie, Infobolsa y Eurostat.

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