Hacienda plantea bajar el IVA de libros electrónicos y prensa digital

Así lo avanzó la ministra María Jesús Montero en una rueda de prensa en la Moncloa en la que aseguró que les «preocupan estas empresas», por lo que están buscando la fórmula de que sus ingresos no se desplomen porque son «conocedores de esta situación». «Estamos pensando muy seriamente en que podamos en breve plazo de tiempo traer esa iniciativa legislativa para que se pueda beneficiar el conjunto de ese sector».

La medida supondría bajar previsiblemente del 21% de IVA actual al superreducido del 4%, una propuesta que ya se puso por escrito en el proyecto de Presupuestos de 2019 que no vieron la luz, así como en el acuerdo programático del Gobierno con Unidas Podemos.

En octubre de 2018 el Consejo de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) ya dio luz verde a que se pudiera equiparar el IVA de las publicaciones impresas, que ya cuentan con impuesto reducido del 4%, a las digitales.

Este viernes el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, y la de Hacienda, María Jesús Montero, mantendrán su primera reunión conjunta con representantes de la industria cultural para estudiar las medidas propuestas por ellos para mitigar los efectos que la crisis del coronavirus ha supuesto para un sector que engloba a más de 700.000 trabajadores y supone el 3,5% del PIB nacional.

Se tratará de la segunda mesa de diálogo con el ministro de Cultura, después de que decenas de asociaciones y sindicatos le acusaran de «crispar los ánimos» de la industria.

Según Adepi, la asociación para el desarrollo de la propiedad intelectual, solo en este mes desde que se decretó el estado de alarma y se cerraron cines, teatros, librerías y demás establecimientos culturales, el sector ha perdido 960 millones de euros. La industria reclama medidas específicas al Gobierno como han hecho ya otros países del entorno afectados por la pandemia como Francia, Italia o Alemania.

Concretamente para el sector editorial, la paralización de la actividad durante dos meses supondrá reducir un tercio de la facturación anual, sobre todo por el pico de ventas del Día del Libro que se celebra normalmente el 23 de abril pero este año se ha tenido que aplazar al 23 de julio por la crisis del coronavirus.

Editores, distribuidores y libreros consideran prioritario que las medidas adoptadas por el Gobierno para dotar de liquidez garanticen la solvencia de sus empresas y evitar así un daño irreparable para el panorama y el patrimonio cultural. Esperan que se incentive la compra de libros una vez que finalice la emergencia sanitaria y recuerdan que comunidades autónomas y ayuntamientos tienen un papel «determinante». Solo las 1.400 librerías agrupadas en la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal), hablan de unas pérdidas de 200 millones de euros.