El déficit del Estado se dispara al 4,36% hasta junio

El déficit de esta primera mitad de 2020 supera, y con creces, el acumulado por todas las administraciones en el conjunto del ejercicio 2019, que cerró en el 2,8%.

Esta evolución se explica porque la pandemia ha desbaratado tanto los ingresos como los gastos públicos. Los primeros se han reducido un 14,4% en tasa interanual. Y si nos atenemos al análisis de los procedentes de los impuestos, que suponen el 81,3% del total, se desmoronaron un 18,1%, hasta los 65.837 millones de euros. Ese mismo porcentaje fue lo que retrocedió la recaudación del IVA por el hundimiento del consumo derivado del confinamiento que se decidió para frenar la expansión de la pandemia. Además, la parálisis de la actividad económica provocó que la recaudación de Sociedades retrocediera un 10,6% y la del IRPF, un 28,7%.

Por el lado de los gastos, las medidas adoptadas para mitigar las consecuencias económicas de la covid-19 los dispararon un 23,7% en tasa interanual, hasta rozar los 130.000 millones de euros en el periodo comprendido entre enero y junio.

El departamento que dirige María Jesús Montero también reveló este jueves el déficit acumulado por todas las administraciones públicas, en este caso hasta el mes de mayo. Éste se cifró en casi 47.000 millones de euros, equivalente al 4,20% del PIB.

Hasta mayo, el Estado central explicaba 2,96 puntos porcentuales de ese agujero en las cuentas públicas;mientras que las autonomías arrastraban un déficit del 0,08% (inferior, en su caso al 0,36% de doce meses antes, debido, según Hacienda, a las medidas adoptadas por el Gobierno central para garantizar recursos a las comunidades en forma de transferencias);al tiempo que la Seguridad Social tenía un déficit del 1,15% del PIB, o de casi 13.000 millones, frente al superávit del 0,30% del ejercicio anterior, como consecuencia del mayor gasto en prestaciones a que ha obligado la crisis económica).

De acuerdo con las previsiones del Gobierno, el déficit cerrará 2020 ligeramente por encima del 10%, mientras que según la previsión actualizada en junio por el Fondo Monetario Internacional, el desfase presupuestario podría llegar a rozar el 14%. No es descartable, por tanto, que el déficit este año supere el nivel reciente más elevado, que se marcó en el ejercicio 2009 por encima del 11%. Los ingresos es de prever que continúen deprimidos, al tiempo que muchas de las prestaciones decididas con la declaración del estado de alarma, seguirán activas, como los ERTE.

Finalmente, además, parece que la recaudación del impuesto sobre las transacciones financieras (Tasa Tobin) y sobre ciertos servicios tecnológicos (Tasa Google) no contribuirá a paliar la merma de ingresos ni a evitar que el déficit se amplíe ya este año. El texto de ambos impuestos, que fue ayer avalado por la Comisión de Hacienda del Congreso, con competencia legislativa plena, recoge que su entrada en vigor tendrá lugar tres meses después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado y una vez negociado el reparto de la liquidación de las tasas con las haciendas forales, lo que implica que será sólo a partir de enero de 2021, ya que hasta septiembre no volverá a debatirse y a votarse en el Senado.

PP, Vox y Ciudadanos advirtieron, de todas formas, de la escasa recaudación que tendrán ambas figuras tributarias.