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Una de las propuestas que ha elevado la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) ha sido modificar también los tramos de la potencia contratada en la factura de la luz. De esta forma, habrá un periodo más barato, durante la noche, y otro más ... caro, en el día. La idea llega después de que el Ministerio de Transición Ecológica aprobara en octubre del año pasado un cambio en la forma de contratar la potencia, ajustándose a tramos muy pequeños, y no con grandes distancias como las que existían antes y que implicaban un derroche de energía contratada disponible y, sobre todo de dinero.
El 40% de las casas tienen contratados entre cuatro y seis kilovatios de potencia, aunque gran parte de esos hogares tienen margen de ajuste para reducirlo. Por ejemplo, si uno de esos puntos baja en 0,5 kilovatios (Kw) –de 4,6 a 4,1–, su factura podría reducirse en unos 26 euros al año (algo más de dos euros cada mes). En ese colectivo se encontrarían 4,5 de los 11,2 millones acogidos actualmente al PVPC.
El ahorro ascendería a 117 millones de euros, unos 26 euros por hogar y año. Por debajo de 4 Kw es complicado un ajuste de potencia para un hogar con varios electrodomésticos; y por encima, quienes la tienen contratada es porque realmente la necesitan por el consumo intensivo de luz que realizan.
Ante esta realidad, existe la posibilidad de que los titulares de contratos de luz particulares puedan rebajar la potencia contratada en tramos de 0,1 Kw, frente a los 1,1 Kw que hasta 2018 se exigían para cambiar la tensión de un hogar, lo que limitaba su aplicación al verse obligados a disminuir de forma drástica la potencia.
La pregunta que muchos de esos consumidores se hacen es cuál es la potencia adecuada a cada hogar para evitar apagones inesperados por sobrecarga así como un sobrecoste que después se paga en el recibo mensual. Por debajo de 4 kw es complicado un ajuste de potencia para un hogar con varios electrodomésticos; y por encima, quienes la tienen contratada es porque realmente la necesitan por el consumo intensivo de luz que realizan.
Sin embargo, los consumidores que quieren ahorrarse unos euros en la factura de la luz se están llevando una sorpresa con la que no contaban cuando hacen sus cuentas para ajustar su potencia. Cuando el titular de un contrato de precio regulado (PVPC) doméstico solicita ese cambio tiene que pagar una tasa fija que roza los 11 euros: 9,04 euros más el IVA correspondiente. Esto es, unos 11 euros.
Se trata de un pago completamente inesperado con el que los ciudadanos no cuentan cuando realizan los trámites de cambio ante su compañía comercializadora de referencia. El origen de esta factura obligatoria de 11 euros proviene de los denominados 'derechos de enganche'. Esto es, las actuaciones que tenían que realizar los técnicos de las compañías distribuidoras de luz para reprogramar el contador a la nueva tarifa de acceso contratada. Pero ahora, en la mayor parte de los casos ya no es necesaria esa intervención de un profesional al haberse extendido la implantación de los contadores inteligentes en el 100% de los hogares.
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