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Corresponsal en Roma
Jueves, 31 de marzo 2022, 14:29
España e Italia están estudiando la construcción de un gasoducto a través del Mediterráneo que, aprovechando la gran capacidad de regasificación española con sus seis plantas, permita al mercado italiano superar la dependencia del gas ruso, de donde provenía el año pasado el 45% de ... sus importaciones en esta materia prima. Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Italia, como otros países europeos, trata de reducir al máximo posible sus compras de hidrocarburos a Moscú.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, confirmó este jueves en un encuentro con periodistas extranjeros en Roma que existe «la hipótesis» de la construcción de esa infraestructura entre España e Italia, de la que, según contó, habló con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el último Consejo Europeo de Bruselas. «Tras esta crisis», dijo Draghi refiriéndose a la guerra en Ucrania, «los países del sur de Europa pueden ser un centro de operaciones importantísimo para el gas hoy, pero también para el hidrógeno mañana».
Otro gasoducto sobre el que se están haciendo estudios preventivos es el EastMed, que pretende abastecer a la UE con gas natural procedente del Mediterráneo oriental. Aunque reconoció que no se puede contar con estas «importantes infraestructuras» en la actual crisis y que obligaran a realizar inversiones «que llevan años», Draghi destacó cómo «lo sucedido en los últimos meses» con la guerra en Ucrania cambia el «cuadro de factibilidad».
Las palabras del primer ministro italiano llegan pocos días después de que el consejero delegado de la gasística italiana Snam, Marco Alverá, reconociera en un encuentro con analistas que se estaban realizando estudios de cara a la construcción de un nuevo gasoducto entre España e Italia. «Dada la amplia capacidad de regasificación de España estamos estudiando con nuestro socios todas las opciones para desbloquear la capacidad del gasoducto Midcat hacia Francia», comentó Alverá, refiriéndose al proyecto de conexión gasista con Francia que está paralizado.
La falta de «progresos tangibles con el Midcat», comentó el consejero delegado de Snam, es la que llevaría a construir el nuevo gasoducto entre Barcelona y Génova. Entre tanto, esta compañía ya ha puesto en marcha una conexión naval entre las regasificadoras españolas y la planta que Snam tiene en el puerto de La Spezia, al noroeste de Italia, para facilitar así el fin de la dependencia de los hidrocarburos vendidos por Moscú. Draghi, de hecho, se felicitó por cómo está marchando la diversificación de las importaciones. «Nos estamos moviendo rápidamente para sustituir entre el 30 y el 40% de las compras de gas ruso», con las que, como reconoció, Vladímir Putin está financiando la invasión de Ucrania.
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