Reuters

Rusia anuncia ahora que abrirá el gasoducto con Alemania cuando estaba previsto

Putin irrumpe ante el creciente temor por un corte repentino, que provocaría una caída del PIB español del 1%, y hasta el 6% en el Este, según el FMI

Martes, 19 de julio 2022, 12:00

Golpe de mando de Vladimir Putin en medio del creciente miedo en toda la Unión Europea a quedarse de forma repentina sin gas. Rusia ha anunciado que restablecerá el suministro a través del gasoducto Nord Stream I (el que le une con Alemania) tal y ... como estaba previsto. En tiempo y forma. La filtración supone una exhibición de fuerza energética de Moscú frente a toda una Europa pendiente de cada una de las decisiones que en materia energética toma el Kremlin.

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Desde el pasado día 11, el gasoducto (la principal vía de conexión de gas entre Rusia y Europa) se encuentra cerrada por labores de mantenimiento. Era un cierre temporal previsto y anunciado, que se realiza todos los veranos por estas fechas. Sin embargo, el temor que tenía la UE es que el próximo día 21, cuando debería reestablecerse el servicio, Rusia decidiera no hacerlo. Incluso Bruselas lo había advertido públicamente y contaba cada vez más con la posibilidad del cierre total de la infraestructura.

La noticia ya ha provocado la primera reacción en los mercados internacionales. El precio del gas natural que se negocia en Amsterdam -la principal referencia para la cotización de esta materia prima- está cayendo de forma contundente, y lo hace a un ritmo del 3% hasta el entorno de los 155 euros/MWh en apenas unos minutos ante la confianza de los inversores por el anuncio de Moscú.

Por ahora, y según el anuncio de Moscú, no será así. El Nord Stream I abrirá de nuevo y lo hará incluso después de las advertencias de la empresa gasista rusa Gazprom a compañías europeas sobre la posibilidad de cortar el suministro «por causa de fuerza mayor».

A la espera de lo que finalmente pueda ocurrir, si Vladimir Putin decide cerrar el grifo del gas ruso que abastece Europa de forma drástica, inesperada y sin contemplaciones, la economía europea estaría abocada a rozar la recesión, esto es, a una caída del Producto Interior Bruto (PIB), al restar 2,6 puntos porcentuales al crecimiento por esta contingencia. La última previsión elaborada por la Comisión anticipaba precisamente que la UE crecería un 2,6% este año, un alza que se vería completamente disipada si Rusia decide actuar en las peores consecuencias.

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Esa es la conclusión a la que ha llegado el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe en el que también señala cuál sería ese impacto en el caso de España. La economía tendría que restar también 2,6 puntos porcentuales en el peor escenario posible -el más 'adverso', como lo califica el análisis-, frente a la estimación de que el PIB crezca algo más del 4% en 2022. De esta forma, España avanzaría a la mitad con respecto al cálculo actual, aunque en 2023 también entraría en recesión al verse arrastrada por toda la dinámica europea.

El informe apunta varios escenarios, que suponen en todos los casos un recorte del crecimiento económico europeo. El más benigno implica una caída del PIB de tres décimas para España, y de casi medio punto para el conjunto de la Unión Europea.

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En cualquier caso, el foco del informe centra su análisis en los países del centro y sobre todo del este de Europa, los más dependientes del suministro de gas ruso. El trabajo muestra que en algunos de esos territorios, como Hungría, la República Eslovaca y la República Checa, «existe el riesgo de una escasez de hasta el 40% del consumo de gas» y de que su PIB «se reduzca hasta un 6%». En el caso alemán, el peor escenario posible anticipa una caída del PIB de dos puntos y medio, aunque su 'efecto arrastre' provocaría un terremoto económico en toda la UE.

Ante este panorama, el FMI indica que los impactos podrían mitigarse «asegurando suministros y fuentes de energía alternativas, aliviando los cuellos de botella de la infraestructura y fomentando el ahorro de energía» mientras se protege a los hogares vulnerables y ampliando los acuerdos de solidaridad para compartir el gas entre países.

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Problemas de suministro

El organismo mundial, cuya directora gerente es Kristalina Georgieva, anticipa que si Rusia corta de repente el suministro, fluirían más importaciones de otros territorios, como el gas natural licuado (el que llega vía metaneros) desde Noruega, el norte de África o Turquía.

Y anticipa lo que varios expertos vienen apuntando en las últimas jornadas: la solidaridad energética del oeste con el este. Esto es, de España o Italia con el resto de Europa. «Sería necesario invertir algunos flujos de tuberías de oeste a este», indica. Aunque advierte de los potenciales cuellos de botella que existen en los oleoductos actuales entre España y Francia, Italia y Europa Central, Europa Central y el sudeste de Europa, así como dentro de Alemania e Italia.

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Además, anticipa que «precios más altos» si la demanda va en aumento en los próximos meses, sobre todo si el invierno próximo es mucho más frío de lo habitual. «Podrían aparecer carencias físicas y el mercado podría colapsar en países concretos», advierte el documento, con lo que los gobiernos deberían actuar con «regulaciones» del consumo.

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