r. c.
Madrid
Martes, 5 de noviembre 2019, 21:42
El grupo Dia, que dispone de la tercera mayor cadena de supermercados del país, multiplicó por once sus pérdidas entre enero y septiembre en relación al mismo período de 2018 al alcanzar los 504,3 millones de euros. Entre las causas de ello ... figuran el fuerte incremento de las indemnizaciones laborales (7,4% más) tras los dos procesos de despido colectivo que ha afrontado, y el cierre de tiendas.
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Según anunció este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no solo subieron sus números rojos sino que también disminuyeron las ventas, un 7,4% menos hasta quedar en 5.083 millones. Asimismo, el resultado bruto de explotación (ebitda) se redujo casi a la mitad (-49%) y apenas pasó de los 95 millones. Unos números que, unidos a un incremento del 42% en la liquidación de inventario, no ayudan precisamente en las rondas de entrevistas con grupos de inversores que viene realizando la empresa para su ampliación de capital por 606 millones, que debería aprobarse en junta extraordinaria antes de finales de año y tras la cual se integrarán como fondos propios los 492 millones ya prestados a la compañía por su socio principal, la firma LetterOne (L1).
Respecto a la deuda financiera neta, y pese al acuerdo alcanzado el verano pasado con la banca acreedora, se ha disparado un 27% hasta sumar 1.854,5 millones de euros, lo que unido a otro tipo de pasivo (incluidos créditos con participación en beneficios recibidos de L1) totalizaba 2.556,7 millones pendientes de pago a 30 de septiembre. No obstante, la empresa también lograba al término de los nueve primeros meses del ejercicio tener casi 385 millones en liquidez, 100 millones más que hace un año.
Desde la dirección de la compañía, que controla el magnate ruso Mikhail Fridman y sus socios en LetterOne con el 69,76% del capital social, se aludió a factores «extraordinarios». Entre ellos los dos expedientes de regulación de empleo (ERE) acometidos en su filial española, a comienzos de año para 1.604 tras pactar con los sindicatos reducir la cifra inicial (una vez completadas las recolocaciones en otros centros de la cadena los despidos serían 1.248), lo que supuso casi el 5% de la plantilla, y a mediados de octubre pasado para otras 186 personas más por la clausula de los centros Max Descuento.
De hecho, en lo que va de año ha clausurado hasta 757 tiendas deficitarias en sus resultados, de ellas casi un centenar solo en el tercer trimestre, y la empresa espera que en sus cuentas anuales ya se puede observar un primer impacto positivo derivado de ello por el consiguiente ahorro de gasto. A ello se une el traspaso de otros 309 establecimientos desde la línea de franquiciados a la de propios, la interrupción de actividades «no estratégicas» para «reducir la complejidad y mejorar la eficiencia», y el reconocimiento de determinados «devengos, pérdidas, bajas contables y riesgos que había que provisionar».
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En cualquier caso, la compañía afirma estar «enfocada en fijar los básicos, tomando decisiones complejas con el objetivo principal de estabilizar el negocio e implementar medidas que contribuyan a establecer los pilares para el futuro crecimiento». Por ejemplo, en su filial brasileña también está recortando plantilla para mejorar su productividad, lo que por ahora le ha permitido recuperar allí la facturación en términos comparables (solo bajó un -3,6% en octubre frente a la caída histórica del -29,1% en junio).
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