Javier Hidalgo, de exiliado en EE UU a hijo pródigo y jefe

La fama de fiestero se ha reducido mucho desde entonces -también su matrimonio ha ayudado-, y su exilio sociolaboral en Estados Unidos contribuyó en especial a su renacimiento profesional. Allí pergeñó su proyecto personal, el operador móvil virtual Pepephone. Lo llevó al éxito y lo vendió en 2016 por 158 millones de euros a MásMóvil, todo un pelotazo en el sector que recuerda ahora a la venta de Air Europa.

Ambas han sido operaciones exprés y, además, Javier Hildalgo se ha guardado en ellas un as en la manga. Lo hizo en Pepehone con una salvaguarda a su favor de 30 millones de euros si MásMóvil no culminaba la adquisición. Y lo ha repetido con Iberia, que le abonará 40 millones si las autoridades regulatorias impiden un traspaso a culminar en 2020.

A sus 47 años, y consejero delegado de Globalia desde 2016 -su padre, aún presidente, disfruta ya de un retiro dorado en República Dominicana-, Hidalgo busca su mano derecha. Tras la marcha en los dos últimos años de los últimos directores generales, Pedro Serrahima (amigo suyo) y Juan Arrizabalaga, desde junio ocupa esa tarea el director financiero, Miguel Ángel Sánchez.

Su poder, eso sí, se ha reforzado. Es el segundo accionista de peso (17%) tras su padre (51,5%) y, pese a las diferencias con hermanas y primos, no se atisban conflictos graves.