La elevada inflación y la crisis energética está afectando de lleno a la economía. Después de un primer y segundo buenos trimestres, en el tercero (julio a septiembre) el PIB sufrió una fuerte ralentización pese al tirón del turismo por la temporada veraniega. El PIB ... trimestral avanza solo un 0,2%, mientras que a nivel anual crece un 3,8%, mejor de lo esperado por algunos organismos, pero muy por debajo de los trimestres precedentes.
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Según los datos de Contabilidad Nacional avanzados este viernes por el INE, el PIB del tercer trimestre (0,2%) es 1,3 puntos inferior al dato registrado en el segundo. Y la variación anual (3,8%) es tres puntos menor que el 6,8% que avanzó de abril a junio.
Gran parte de ello se debe a que las exportaciones moderaron hasta el 1,3% frente al 4,9% del segundo trimestre. Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, explica a este periódico que la ralentización del tercer trimestre se debe fundamentalmente a que el sector exterior no aporta al PIB por la «más que probable entrada en recesión de países europeos como Alemania» y por la «sacudida» de los precios energéticos en la actividad de los mercados europeos. Además, la demanda interna está muy afectada por los precios, ya que los hogares «no están en condiciones de seguir tirando de ahorros» con una caída de sus ingresos reales, detalla Torres.
Así, el consumo de las familias siguió creciendo un 1,1% trimestral, solo una décima menos que el trimestre anterior, por el ahorro acumulado en la pandemia y un mercado de trabajo que ha logrado mantenerse pese a la desaceleración económica.
Como es normal en meses de verano, los sectores que mejor han aguantado fueron la hostelería y el turismo (1,3%), mientras que la construcción ha sufrido un parón por la falta de suministros y los costes de la energía, lo que le hizo caer un 0,1% después de un año de avances continuados.
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Pese a estos datos, son cifras mejores de lo esperado tanto por el Banco de España, que preveía un crecimiento intertrimestral del 0,1%, como de la Autoridad Fiscal (Airef), que asumía que la economía se había estancado y dudaba de que el avance pudiera superar el 0%. Eso sí, el INE avisa de que la revisión final del dato del PIB está sometida a mucha incertidumbre y que la revisión puede ser de una magnitud «mayor de lo habitual».
Desde el Ministerio de Economía se muestran optimistas con estos datos y explican que el país ha seguido creciendo «incluso en un trimestre marcado por el deterioro del entorno exterior y las subidas de tipos de interés». Por ello, indican que el avance del 3,8% en términos interanuales hace «muy probable» que el crecimiento anual de 2022 se sitúe «incluso por encima» del 4,4% de la previsión del Gobierno.
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La economía aún está un 2% de los niveles prepandemia y los organismos sugieren que España no recupere su PIB de 2019 hasta la primera parte del año 2024, mucho más tarde que los países del entorno. El consumo, que además se prevé que se vaya desacelerando, sigue un 5,5% por debajo de los niveles precovid por la elevada inflación que resta las decisiones de compra.
Lo mismo les ocurre a las empresas, que ante los altos precios y la incertidumbre internacional reducen sus inversiones. En el tercer trimestre la inversión suma un 0,6%, muy por debajo del 2,5% que creció en el trimestre anterior. Un mal dato para el Gobierno, que fía la recuperación económica de final de año y 2023 a la inversión empresarial aupada por los fondos europeos.
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raymond torres
Una de las patas que sostiene la economía y el consumo es el mercado laboral, que en términos interanuales creció un 2,9%, lo que significan 540.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año. Aún así, son 2,3 puntos menos que en el trimestre anterior y las horas trabajadas caen un 0,1% porque baja la jornada media. La remuneración media crece un 1,7%, una décima menos que en el segundo trimestre. El experto de Funcas prevé que el empleo irá reflejando poco a poco la ralentización de la economía pero seguirá siendo su «dique de contención» ante el enfriamiento de la actividad porque «no hay un sector burbuja».
Esto ocurrió en la anterior crisis de 2008, donde la construcción estaba muy inflada y el sector se desplomó. O en la crisis de los años 90 con un sector exterior nada competitivo. «Se puede esperar una ralentización del empleo pero aún evolucionará en línea con la actividad, su caída no será tan intensa como en 2008», vaticina Torres.
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El tercer trimestre era el último que cerraría en positivo, según vaticinaban casi todos los organismos. A partir de ahora el país experimentará una ralentización más profunda que la Autoridad Fiscal llegó a calificar de «recesión técnica» esta semana al preveer dos trimestre consecutivos por debajo de cero. Tanto el Banco de España como BBVA Research también proyectan un final de año y comienzo de 2023 complicado, pero una primavera en la que la economía comience a remontar.
Desde Funcas creen que el cuarto trimestre será peor que el tercero porque hasta ahora «aún había margen de gasto». Los expertos estiman una caída del 0,4% por la contracción del consumo de los hogares. Para 2023 el Gobierno es optimista, con una previsión de crecimiento del 2,1%. Una visión mucho más positiva que la de los organismos nacionales e internacionales, que consideran que la economía española se quedará con un avance entre el 1% y el 1,5%, aún así muy por encima de sus vecinos europeos.
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