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La economía española habrá necesitado casi cuatro largos años para recuperar el nivel que tenía antes de que estallara la pandemia que paralizó de golpe y porrazo prácticamente toda actividad. Pero, por fin, a finales de 2023 alcanzará ese nivel previo a la covid-19, ... según un informe publicado este lunes por Funcas.
El dinamismo que está manteniendo la economía española y un vigor «sorprendente», en el que la demanda interna es el gran motor, ha llevado a este 'think tank' a realizar una revisión de sus previsiones y elevar cinco décimas el crecimiento estimado para este año hasta situarlo en el 1,5%. Será un ejercicio que vaya de más a menos y que, pese a la mejoría, supone una «clara desaceleración» respecto al 5,5% registrado en 2022 y en el que el elevado déficit será una de las amenazas, según el estudio. Sin embargo, en el lado contrario, en 2024 empeorarán las cosas principalmente debido a la subida de tipos y Funcas rebaja la previsión de crecimiento cuatro décimas hasta situarlo en el 1,4%.
Tres son los elementos que juegan a favor de la economía: la desescalada de los precios energéticos, la plena normalización del turismo y el mejor ritmo de ejecución de los fondos europeos. Por el contrario, otros tres penalizarán la actividad, como son el impacto de la política monetaria, la elevada inflación y las tensiones en los mercados financieros surgidas tras la caída de Silicon Valley Bank. Las previsiones parten del supuesto de un aumento de los tipos de interés del BCE (facilidad de depósitos) desde el 3% actual hasta el 3,75% a final de año, antes de bajar en 2024.
El impacto contractivo de la política monetaria y de las tensiones financieras se visibilizará con más contundencia a partir del verano, momento a partir del cual el avance del PIB perderá vigor. Esto explica los contrastes en el perfil trimestral de crecimiento: tras el repunte de los dos primeros trimestres, se espera una desaceleración en el resto del año. Esta ralentización se trasladará a 2024, lo que ha motivado un recorte de la previsión para ese año hasta el 1,4%, cuatro décimas menos que en enero, según señala Funcas.
Este escenario de crecimiento débil y elevada inflación en España y en el conjunto de Europa probablemente caracterizará todo el periodo de previsión», señala su director general, Carlos Ocaña.
La demanda interna será el principal motor de la economía, destacando el tirón de la inversión gracias al estímulo de los fondos europeos. El director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres, explicó que «el Next Generation explicaría cerca de la mitad del crecimiento previsto de la inversión y aportaría cuatro décimas de crecimiento del PIB». El otro impulsor de la demanda será el consumo público.
El consumo privado, sin embargo, apenas avanzará, lastrado por la pérdida de poder adquisitivo de las familias y la merma del colchón de sobre-ahorro heredado de la pandemia. Así, para este año se espera otra caída de la tasa de ahorro de hasta el 6,7%, que se sumará al desplome de 2022, cuando se redujo del 13,7% al 7,2% de la Renta Disponible Bruta anual
La aportación del sector externo se ha revisado significativamente al alza -siete décimas- debido al auge del turismo extranjero, que debería superar los niveles prepandemia en la próxima temporada, y al buen comportamiento de las exportaciones de mercancías y de servicios no turísticos.
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