España creció un 3,1% en 2017 pese a la moderación del último trimestre

En cualquier caso, los datos difundidos hoy muestran que la economía española mantuvo su velocidad de crucero durante el pasado ejercicio -suma 17 trimestres consecutivos de incrementos- a pesar de las distintas incertidumbres, especialmente la crisis de Cataluña. A falta de conocer el detalle de la contribución al PIB de cada sector -algo que se conocerá en unas semanas- es evidente que el consumo fue el principal motor de la economía. Por su parte, también es previsible el comportamiento positivo del sector exterior gracias al récord de exportaciones que se repite cada mes.

También será necesario esperar a los datos definitivos para conocer las causas de la ralentización del cuarto trimestre, donde la economía avanzó una décima menos que la estimación del Banco de España. Hay que tener en cuenta que la moderación registrada en ese periodo coincide con el agravamiento del desafío independentista catalán a partir del referéndum ilegal del 1 de octubre.

Aunque organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) o el BBVA research limitaron el impacto de la crisis de Cataluña en la economía española en el cuarto trimestre debido a la fuerte inercia positiva de todo el año, lo cierto es que al final se ha producido una ligera moderación.

La incógnita es saber si ese impacto puede agudizarse en 2018 si la crisis se prolonga en el tiempo. De momento, la previsión oficial del Gobierno es que la economía crecerá este año un 2,3%, aunque el ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha adelantado que la intención del Ejecutivo es revisar al alza esa estimación alrededor del 2,5%. De hecho, algunos organismos como la Comisión Europea o el FMI proyectan un avance del 2,4%

Asimismo, la evolución de la economía en 2018 también dependerá de otros factores como el impacto que pueda tener la falta de unos Presupuestos, la mayor parte de los expertos consideran que el daño sería más político que económico. Pero también hay otros factores externos como la política expansiva del BCE, cuya intención es ir retirando los estímulos, así como el encarecimiento de los precios del petróleo.