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Los empresarios tienen «miedo» al nuevo Gobierno. Más concretamente a la batería de medidas que ha anunciado la coalición formada por el PSOE y Unidas Podemos y que incluye, entre otras, la derogación -al menos de las medidas más lesivas- de la reforma laboral, la ... subida del Salario Mínimo hasta el entorno de los 1.200 euros en 2023 y el alza de impuestos. Así lo admitió este martes el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, una de las voces críticas de este nuevo Ejecutivo, quien alertó de que las propuestas que recoge el acuerdo de gobierno (un total de 120) dispararán el déficit público este año hasta el 3,5% del PIB.
La patronal he hecho una estimación de lo que supondría implantar esas medidas y las cuentas no cuadran, puesto que -según sus cálculos- los gastos públicos se incrementarán en 25.000 millones mientras que los ingresos solo crecerán en 6.200 millones, es decir, una cuarta parte de lo que se elevan los gastos.
«Nos da la impresión de que el déficit de este año con estas propuestas se va al 3,5% y esto ya es un problema de estabilidad con Europa», precisó el vasco, quien mostró su preocupación porque ya se ha incurrido en un déficit del 2,5% cuando en un principio Bruselas lo fijó en el 1,8% y posteriormente aceptó rebajarlo al 2% así como en la elevada deuda pública, de casi el 100% del PIB, el segundo país del mundo con más deuda exterior. Además, dejó claro que los empresarios van a estar «alerta» porque es «algo muy importante que puede afectar de forma muy especial al mundo de la economía y de la empresa».
Para dar más credibilidad a este desfase entre ingresos y gastos, hizo hincapié en que este año incluso se quedaron cortos en las previsiones que estimaron y que algunos calificaron de pesimistas. «A veces nos llaman agoreros a la CEOE, pero es lo que hay. En junio dijimos que la economía española iba a crecer al 2,1% y se nos echó encima todo el mundo y nosotros fuimos muy optimistas, porque no va a acabar en el 2,1%, sino que va a acabar en el 1,9% y este año vamos a ir al 1,5%», remarcó.
Lo que sí rebajó Garamendi fueron las palabras pronunciadas ayer por la nueva ministra de Trabajo de que derogará la reforma laboral de 2012 y las entendió como «fuegos de artificio» ya que ve «imposible» derogar «de golpe» la reforma laboral, a la que calificó de «valiente» y atribuyó el mérito de haber evitado el cierre de «cientos de miles de pequeñas y medianas empresas». «Ayer era el día de los fuegos de artificio y se hicieron discursos de apertura (…). Quitar entera la reforma laboral es imposible, a ver cómo lo haces de golpe. No es tan sencillo», apuntó. Lo que sí se mostró es «totalmente abierto» a negociar esta materia porque «mejorable», pero avisó de que si quieren «quitar espacio de adaptación» a las empresas, «este país creará menos empleo».
En este sentido quiso lanzar al Gobierno otro mensaje, más bien dos: que sea «moderado» y tenga «rigor presupuestario» para «dar confianza al país» y que dialoguen con los agentes sociales cualquier medida. A esto se ha comprometido el presidente Pedro Sánchez y este mismo martes reiteró durante su comparecencia en el Consejo de Ministros. «Vamos a impulsar y fortalecer el diálogo social», aseguró el jefe del Ejecutivo, quien pidió tiempo para poner en marcha las medidas porque «los sindicatos y representantes de los empresarios tienen que opinar».
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