Bruselas propone un plan para flexibilizar las ayudas estatales y combatir la iniciativa de EE UU

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha destacado que Europa vive «un momento decisivo» y «debe aprovechar el momento» para acelerar la transición energética. «En esta década se decidirá cómo es la economía del futuro. Tenemos un punto de partida fuerte, pero no podemos quedarnos parados», ha apuntado. Bruselas es consciente de la necesidad de una hoja de ruta común para lograr los objetivos climáticos y hacer frente a las políticas de grandes economías como Japón, Canadá y EE UU -este último asciende a 369.000 millones de dólares-.

El plan de este miércoles no ahonda en detalles, ya que el Ejecutivo europeo esperará a conocer la opinión de los países europeos, pero sí marca cuatro grandes pilares. El primero de ellos se refiere al marco apropiado para facilitar las ayudas a «tecnologías clave». Bruselas quiere flexibilizar las ayudas de Estado para «agilizarlas y simplificarlas», con modelos sencillos de desgravación fiscal o incentivos específicos para las plantas de producción de tecnologías limpias para combatir la deslocalización.

La financiación también será esencial para impulsar los sectores estratégicos europeos. Además de las ayudas estatales, que deberán ser siempre dirigidas y temporales, «se deben movilizar fondos europeos», destaca Von der Leyen. Bruselas ya apuntó hace algún tiempo a la necesidad de crear un fondo soberano europeo, un mecanismo que según admite «llevará cierto tiempo» y cuya adopción podría dilatarse hasta seis meses . En paralelo, el Ejecutivo comunitario quiere movilizar los fondos adicionales de los fondos Next Generatión -que podrían ascender a unos 250.000 millones de euros, así como la financiación sobrante del programa REPower EU y de los fondos de inversión e innovación europeos para que se dirijan a impulsar tecnologías «clave».

La falta de mano de obra cualificada es ya un problema para algunas empresas manufactureras y el plan europeo quiere solucionar esta cuestión impulsando la formación y, a su vez, combatiendo la alta tasa de desempleo juvenil.

La propuesta se complementa con una «ambiciosa agenda» internacional para impulsar acuerdos con terceros países. La Comisión Europea ve esencial acelerar las negociaciones con México, Chile, Nueva Zelanda y Australia, así como desatascar el acuerdo de Mercosur. «Debemos establecer cadenas de suministro que permitan a nuestra industria desarrollarse».