El Banco de Inglaterra eleva de nuevo el tipo, al 5.25%

El gobernador del banco, Andrew Bailey, desestimó el riesgo de alta inflación en el periodo de reactivación económica al final de la pandemia, y ha reconocido en julio que al Reino Unido le está costando reducir la inflación «mucho más tiempo que el esperado». La inflación es ciertamente más alta que en sus áreas de referencia, la Unión Europea y Estados Unidos.

Bailey señala repetidamente a los aumentos de salarios- un promedio del 7.6% en el sector privado, en abril, con respecto al primer trimestre del pasado año- como causa importante de la resistente inflación. Otros señalan al aprovechamiento de las circunstancias por empresas que suben sus precios. El desempleo es del 4%, pero el número de inactivos que no buscan empleo sigue superando al de países vecinos.

El Gobierno, por su parte, amortigua consecuencias inflacionarias del Brexit. Ha renunciado a cambiar ahora el marcado CE(conformidad europea) en las mercancías por uno británico. Y ha prorrogado de nuevo la introducción del nuevo sistema de control aduanero de las importaciones de productos alimenticios. Ambas renuncias temporales quieren evitar un aumento de costes burocráticos.

Las decisiones del Comité de Política Monetaria del banco central son independientes del Gobierno, pero el primer ministro, Rishi Sunak, prometió reducir a la mitad la inflación este año. La promesa ha sido criticada porque él no tiene poder para cumplirla. Cuando se comprometió con ese logro, el 4 de enero, la última medida de inflación era del 10.7%, en noviembre de 2022.

Aunque otros directivos del banco alertaron sobre el peligro de persistente inflación, la institución dirigida por Bailey considera que se han cometido errores sobre la evolución de la economía por basarse en datos inexactos. El gobernador de la Reserva Federal en la gran crisis financiera, Ben Berrnanke, ha sido contratado para dirigir una revisión del actual sistema de pronóstico.