El Banco Central Europeo mantiene los tipos en mínimos pese a la inflación

Todo parece indicar que el organismo se verá obligado a adoptar esta decisión. Los precios en la zona euro marcaron en enero un nuevo récord histórico y Lagarde admitió que «la inflación será más persistente de lo que esperábamos». Ante esta situación, el Banco de Inglaterra ya ha decidido subir los tipos de interés por segunda vez en dos meses, hasta el 0,5%, y la Reserva Federal prevé adoptar medidas similares el mes que viene.

En cuanto al BCE, «todos los gobernadores de los bancos nacionales se muestran preocupados –admitió Lagarde–, pero nuestro organismo no se precipita en sus decisiones». Reconoció que, en su balance de riesgos, la inflación ocupa un lugar importante. Estiman que, a corto plazo, los precios seguirán disparados, debido al encarecimiento de la energía y a la gran demanda de combustibles –culpables del 50% de la inflación actual–. Los precios de los alimentos también han experimentado una notable subida, arrastrados por el alto coste del transporte y los fertilizantes. Con todo, el BCE confía en que los precios se estabilicen a lo largo del año.

El objetivo es alcanzar la tasa del 2% en base a la cual el organismo europeo toma sus decisiones en materia de política monetaria. En diciembre, la presidenta del BCE aseguró que era «poco probable» que se diera una subida de tipos en 2022. En marzo, sin embargo, la institución revisará los datos económicos –con el horizonte del 2% en mente– y decidirá los pasos a seguir. «Cuando llegue el momento, tomaremos las decisiones pertinentes», aseguró Lagarde.

Por el momento, el BCE confía en las herramientas que ha desplegado y asegura que la economía europea «continúa recuperándose» del golpe que supuso la pandemia. El crecimiento en el primer cuarto del año será «moderado», debido a la incertidumbre que, aún hoy, existe sobre el impacto que podrían tener las nuevas variantes del covid. Los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la falta de mano de obra también seguirán a la actividad económica –reduciendo el crecimiento a un 0,3% en el último cuatrimestre de 2021–.

El organismo ve probable que en los próximos meses la actividad económica y la demanda permanezcan «apagadas», debido a las restricciones que afectan a servicios de consumo como los viajes, el turismo, el ocio y la hostelería. «El alto coste de la energía está afectando al consumo de los hogares y a las ganancias de las empresas, lo que también limita», destacó Lagarde. La escasez de materiales y mano de obra siguen obstaculizando la producción de ciertos sectores como el manufacturero.

Pero también hay razones para el optimism. El BCE espera que la «fuerte demanda interna» consolide un fuerte crecimiento de la zona euro en la segunda mitad del año. El mercado laboral también mejora día a día, con un mayor número de ocupados y cada vez menos personas afectadas por los Expedientes de Regulación de Empleo.

«La recuperación mundial y el apoyo continuo de la política fiscal y monetaria también contribuyen a esta perspectiva positiva», señaló la presidenta del BCE. En su opinión, las medidas fiscales y las reformas estructurales específicas «siguen siendo fundamentales para complementar nuestra política monetaria de manera eficaz».

El organismo se muestra, del mismo modo, «vigilante» y asegura que estará preparado para «ajustar» todas sus herramientas en función de la información a su alcance y habiendo evaluado todas las consecuencias.