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Apenas medio mes ha durado la vida de la idea del PSOE de acabar con los pagos en efectivo a medio plazo y, para ello, hacerlo de forma temporal con un límite de esos cobros en billetes y monedas a los 1.000 euros, frente ... a los 2.500 euros actuales. El grupo parlamentario socialista rebajó ayer al mínimo las expectativas generadas en torno al uso del 'cash' por parte de los ciudadanos al plantear reducir los límites de pago en efectivo «con un objetivo a largo plazo, de forma gradual, consensuada y coordinada en el ámbito de la Unión Europea». De esta forma, la comisión de Hacienda del Congreso ha instado indirectamente a seguir utilizando el efectivo como medio de pago habitual.
El texto se distancia de forma clara de lo planteado inicialmente a mediados de junio, cuando en esa proposición se hablaba de acotar los pagos en efectivos a 1.000 euros, como un primer paso para llegar después a la supresión definitiva e instaurar el pago con tarjetas y otros medios electrónicos de forma generalizada. Sin embargo, esa iniciativa financiera chocaba de lleno con la legislación comunitaria y las directrices del Banco Central Europeo (BCE). Hace ya diez años, la Comisión Europea aclaró que «la norma debería ser la aceptación de los billetes y monedas en euros como medio de pago en las transacciones minoristas». Y sostenía que su denegación «solo debería ser posible si sebasa en razones relacionadas con el princpio de buena fe», como que el establecimiento no tenga cambio disponible.
Esta propuesta se enmarcaba dentro de las medidas tributarias para evitar la evasión fiscal a través del dinero negro. La comisión de Hacienda, que ayer tuvo lugar en la Cámara Baja, dio carpetazo a esta posibilidad condicionando cualquier acción a lo que determine Bruselas. Los socialistas ya trataron de reducir de 2.500 a 1.000 euros el límite máximo para los pagos en efectivo entre profesionales a principios de 2019, pero el anteproyecto de lucha contra el fraude no salió adelante. En países como Francia o Portugal ya existe esta limitación en el día a día de sus ciudadanos.
El límite de pago en efectivo de 2.500 euros fue establecido a finales de 2012 en la ley que trataba de luchar contra el fraude fiscal en plena crisis económica, financiera y de deuda. Desde entonces, se estableció la prohibición de realizar operaciones en monedas y billetes -los de 500 euros se movían hasta entonces de forma habitual entre determinados profesionales y colectivos de la población- cuya cuantía fuera superior a ese importe. En el caso de los turistas, el límite es de 15.000 euros.
La pandemia del coronavirus ha provocado una drástica caída en el uso del dinero en efectivo, ante el temor de los ciudadanos a la transmisión de la enfermedad al tocar billetes o monedas que puedan haber pasado anteriormente por otras manos. La caída del consumo ha hundido el uso del cajero un 17,72% en el primer trimestre frente al periodo equivalente del pasado año y limitó al 2,26% el crecimiento del pago con tarjetas, su tasa más baja desde el ejercicio 2013, según el Banco de España.
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