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manu álvarez
Bilbao
Viernes, 18 de marzo 2022, 14:04
El presidente de BBVA, Carlos Torrres, ha lanzado este viernes un mensaje con algunas gotas de pesimismo y otras de optimismo, aunque con la sensación de que nadie es capaz de hacer en estos momentos una apuesta certera sobre las consecuencias de la invasión de ... Ucrania por parte de Rusia.
Torres se ha mostrado convencido de que «vamos hacia un nuevo orden mundial», al tiempo que ha llamado la atención sobre las «importantes consecuencias» que la guerra va a tener en «la economía y el comercio mundial».
También se ha referido a la «gran tragedia humana» que supone. «Deseamos que sea un conflicto breve, pero hemos de estar dispuestos a seguir apoyando en lo que podamos también si se prolonga mucho tiempo. Es nuestro deber y nuestra responsabilidad», ha señalado. La propuesta de reelección de Carlos Torres como consejero recibió el respaldo del 97,5 de los votos emitidos en la junta.
Ese es el mensaje pesimista porque, ha recalcado Torres, la invasión de Ucrania «introduce nuevas incertidumbres» económicas en un momento en que comenzaban a despejarse las dudas sobre el impacto real de la pandemia. «No hay duda de que la guerra aumentará la inflación y afectará negativamente al crecimiento, aunque con importantes diferencias entre países. La magnitud de estos impactos dependerá de muchos factores, incluyendo la respuesta de las políticas monetaria, fiscal y regulatoria», ha argumentado el presidente de la entidad financiera.
Las gotas de optimismo del presidente del BBVA han llegado de la mano de una esperanza, la de que «las recuperación de la economía pueda mantenerse en 2022», así como del análisis del rumbo que tiene el banco y que permitió obtener un resultado económico destacable en el pasado ejercicio.
Con la mirada hacia el interior de la entidad financiera, el presidente ha recordado que los 4.653 millones de euros de beneficio cosechado el pasado año representaron 3,6 veces el resultado del ejercicio anterior.
En 2021, BBVA consiguió remontar una situación complicada, ya que en 2020 los resultados sufrieron un impacto negativo muy importante como consecuencia de las pérdidas contabilizadas por el deterioro del valor de su filial norteamericana Compass, vendida el pasado mes de junio. También por los importantes saneamientos realizados para prevenir las consecuencias de la crisis generada por el Covid. Compass, sin embargo, aún aportó 280 millones de euros al beneficio del banco el pasado año por sus resultados antes de la venta.
Torres ha destacado ante los accionistas que el resultado recurrente obtenido por el banco el pasado año -el que sale de la actividad bancaria típica, sin tener en cuenta factores extraordinarios- fue «el más elevado de la última década». Una situación que ha permitido mejorar de forma sustancial la remuneración a los accionistas.
Un objetivo al que se han destinado también 3.500 millones de euros para la recompra de acciones que serán posteriormente amortizadas. BBVA ya ha completado la primera fase de esa recompra, con la que ha retirado del mercado algo más del 4% del capital social, al tiempo que ha anunciado la puesta en marcha de un segundo tramo de adquisiciones, al que destinará 1.000 millones de euros.
El dividendo aprobado con cargo a los resultados del pasado año es de 31 céntimos de euro por acción, de los cuales 8 céntimos ya se han abonado y los 23 restantes serán entregados a los accionistas el próximo mes de abril.
Torres se ha mostrado confiado en que la solidez patrimonial del banco permita a BBVA atravesar la nueva crisis sin grandes impactos. «La fortaleza de capital nos da gran opcionalidad estratégica, para crecer, invirtiendo en países en los que ya estamos presentes, y para soportar coyunturas desfavorables que puedan desencadenarse a raíz del conflicto en Ucrania», ha señalado.
En su discurso a los accionistas, también ha hecho referencia a las consecuencias que va a tener en el sector energético el conflicto con Rusia, que puede acelera los planes europeos para caminar hacia la descarbonización de la sociedad. Un objetivo que el propio banco asume como propio y al que se destinarán 275 billones de dólares hasta el año 2050.
Torres ha hecho referencia a la digitalización de la banca, una estrategia en la que BBVA tiene puestos sus ojos desde hace años, no solo para mejora la eficiencia -hacer más cosas con un coste menor-, sino también para entrar en nuevas áreas de negocio. Así, ha destacado el importante incremento de la contratación de productos por vías digitales, así como la experiencia de entrar en el mercado italiano de momento tan solo con una plataforma digital.
En ese contexto se ha referido a la polémica en la que se ve envuelta el conjunto de la banca en España como consecuencia del cierre de oficinas y de las limitaciones de horarios, al haber ahondado en la brecha digital que existe con una parte de la clientela.
En ese sentido, Torres ha asegurado que el banco es sensible a las demandas de la sociedad y ha asegurado que están tomando medidas para evitar esa brecha con los clientes. «No queremos dejar a nadie atrás», ha asegurado Torres. Un representante de UGT, sin embargo, ha manifestado en la junta de que los datos del banco sobre actividad digital no se ajustan la realidad, «porque se ejecutan como digitales ventas que se han obtenido de modo presencial».
En el transcurso de la junta, una representante del sindicato Comisiones Obreras ha defendido la atención presencial en las oficinas frente a la carrera digital del banco, además de criticar la presión sobre la plantilla para sacar adelante los objetivos. «Esto tiene que acabar», ha asegurado la sindicalista, que ha cargado también contra el aumento del bonus de los directivos. Por su parte, un representante del sindicato ELA se ha referido a la «precariedad» que se ha instalado en el banco, en especial tras el ajuste de plantilla.
En el turno de intervenciones de los accionistas ha tomado la palabra el expresidente de la constructora Sacyr, Luis del Rivero, que presuntamente fue espiado por el comisario Villarejo por encargo del banco. Del Rivero ha exigido la dimisión del presidente y del consejo de administración porque, en su opinión, «no están colaborando con la justicia» para esclarecer las presuntas irregularidades.
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