«Me pareció impresentable que el Gobierno apoyara la operación de Sacyr para quedarse con el BBVA»

Buena parte de su declaración giró en torno a la contratación de los servicios del excomisario José Villarejo para abortar el asalto de Sacyr al banco y del conocimiento que González tenía de los métodos ilegales que usaba el exmando policial para recabar información. El expresidente del BBVA, obviamente, negó saber de las argucias que solía usar Villarejo, pero sí que defendió con vehemencia la necesidad de contratar algún tipo de servicio para «defenderse» de la operación de Sacyr. «Intentaban quedarse con un banco que era 40 veces mayor. Era solo una pequeña constructora con fama de ser agresiva», se justificó ante el magistrado. «Que el Gobierno apoyara esa operación me pareció algo impresentable», denunció González, que tildó de «imposible» que esa maniobra llegara a buen perto, «salvo con el asalto de un ejército».

El expresidente del BBVA argumentó que su interés a la hora de contratar una agencia de detectives era saber «qué personas y qué acciones controlaban». «Era lo que me interesaba», remarcó, dejando entender que, en modo alguno, avaló o autorizó que Villarejo fuera más allá e interviniera de forma masiva comunicaciones para buscar datos con los que chantajear a las personas que estaban detrás de la operación.

«Ya veía yo que era una chapuza monumental pero como no me lo quería creer se decide por parte de Corrochano (el excomisario Julio Corrochano, exjefe de seguridad del BBVA) contratar a esa compañía (Cenyt, propiedad de Villarejo) y buscar qué personas y cuánto representaba en acciones».

«¿Usted sabe si esa empresa de detectives entendió que había tomar acciones agresivas y desestabilizadoras para proteger a usted y al banco?», le preguntó el fiscal a González.:»¡ Cómo voy a saber yo! Corrochano solo me dijo que era una empresa de detectives y nunca se hablo más de eso», intentó zanjar el expresidente de la entidad bancaria negando de manera tajante conocer el denominado 'proyecto FG' de Villarejo, denominación tras las que se escondía una operación con varios miles de pinchazos telefónicos clandestinos, campañas de extorsión a enemigos del denominado 'Grupo Hostil' y planes de desinformación en medios.

Uno de los objetivos fundamentales de esos espionajes y ataques, según la instrucción, fue el entonces jefe de la Oficina Económica de Moncloa con Zapatero y luego ministro de Industria, Miguel Sebastián, al que Villarejo situaba al frente de la ofensiva para que Sacyr se hiciera con el control del banco.

Y fue otro exministro socialista y entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, el que, según confesó González ante el juez, el que informó al presidente del banco de esa supuesta maniobra del Gobierno socialista. El expresidente del BBVA relató que a finales de 2004, «un lunes que estaba en México», el entonces consejero delegado del banco le llamó para contarle que el Grupo Sacyr, «con apoyo del Gobierno», tenía un 3% de las acciones y quería conseguir un «8% más en los próximos días». «Me pareció una cosa increíble que se quisiera atacar así al banco», subrayó.

González reveló que «el jueves de esa semana por la noche» le llamó Solbes para hablar de este asunto. «Me dice 'supongo que lo sabes, que hay un grupo industrial, que apoya el Gobierno, que quiere quedarse con el banco'», recordó su conversación. Según el exbanquero, agradeció la llamada del entonces número dos económico de Zapatero y por «el tono» se dio cuenta de que Solbes «estaba haciendo algo que no quería hacer, porque esa operación era ilegítima e ilegal».