Nueva revisión a la baja de las hipotecas tras la caída del euríbor

Esa fue la referencia con la que el indicador hipotecario cerró el pasado viernes, arrojando una mediamensual del -0,25%, a falta de una semana para que concluya el mes. Aunque todavía restan varias sesiones, todo parece indicar que el euríbor de julio será inferior al de junio y, sobre todo, se encontrará muy por debajo del que había hace ahora un año, cuando se encontraba en el -0,18%. Esa ya era una estadística baja, pero el anuncio realizado por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, acerca de la nueva senda de política monetaria de la institución, que previsiblemente seguirá con los tipos al 0%, al menos, hasta el próximo verano.

Esta idea ha reactivado las caídas del euríbor diario para sorpresa de los hipotecados, que nunca creyeron pagar aún menos intereses por sus préstamos para vivienda de lo que ya estaban abonando hasta ahora. De esta forma, para un crédito medio de 120.000 euros con un plazo de 22 años y un diferencial del 1% sobre el euríbor, la cuota será de unos 493 euros al mes a partir de ahora, si el indicador hipotecario cierra en el entorno del -0,25%.

Ese mismo crédito habría estado pagando en las últimas 12 mensualidades un recibo aproximado de 496 euros. Es decir, el ahorro será de tres euros al mes, unos 36 euros al año.

Es la primera vez que se da esta circunstancia durante 2019, después de que el euríbor comenzara a repuntar tímidamente a lo largo de 2018, cuando los bancos anticiparon que el BCE podría iniciar una senda de ascensos de los tipos de interés, aunque realmente nunca se materializó esa posibilidad. La mera conjetura sobre ese cambio llevó al euríbor a situarse en el -0,10%, acercándose de nuevo al 0%, el pasado mes de febrero. Pero desde entonces, volvió a descender hasta hacerlo de forma más acusada este mes de julio.

Las familias españolas hipotecadas con créditos ligados a intereses variables han visto en los últimos años cómo se ha generado un importante ahorro de intereses en sus préstamos gracias a la caída del euríbor.

Ante esta coyuntura, los bancos comenzaron a impulsar las hipotecas a tipo fijo a partir de 2016. Aunque todavía las nuevas operaciones bajo esta premisa -cuota estable a cambio de pagar un sobreprecio- no son las mayoritarias, sí que representan el 40% de las firmas que se realizan actualmente, frente a poco más del 10% que suponían hace diez años, cuando el 90% de las hipotecas eran a tipo variable.