El mercado hace presa en Liberbank tras la caída del Popular

Con todo, lo peor para la entidad que dirige Manuel Menéndez como consejero delegado fueron las últimas 48 horas antes del respiro que el fin de semana concede a la Bolsa. El jueves se dejó un 18,3% sobre el parqué y este viernes otro 17,6%, si bien en algún momento de la jornada se llegó a vivir toda una debacle, con caídas de hasta el 37%. Y ello sin que ni el banco, que en la víspera sí emitió un comunicado para tratar de tranquilizar a sus socios y clientes, ni la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tomaran la palabra.

Desde Liberbank señalaban el jueves que el valor neto contable de sus activos, conforme a valoraciones de expertos independientes, se ajustaba a lo apuntado por la entidad en sus resultados de 2016. Hablamos de prácticamente 41.800 millones de euros que, tras la absorción del Popular por el banco que preside Ana Botín, le dejan en el undécimo puesto del escalafón nacional.

Y ello mientras el grupo bancario constituido por los negocios de las antiguas Cajastur, Caja de Extremadura y Caja Cantabria –que son, a la vez, sus principales accionistas– persiste en su objetivo de reducir el ratio de mora por debajo del 7% en 2018, frente al del 13% de finales de marzo de este año y el 19,5% de hace 12 meses. Mientras, el volumen de su cartera de activos dudosos se redujo en el primer trimestre en 254 millones, casi un 8% menos.

A estas argumentaciones se han unido en las últimas horas los movimientos de parte de sus grandes socios, comprando paquetes de títulos para tratar de frenar la caída de su valor. Entre ellos figuran el grupo Masaveu –el cuarto de mayor peso en el banco tras las antiguas cajas (que aglutinan casi el 45%), el fondo de inversión británico Oceanwood y el empresario mexicano Ernesto Tinajero–, que ha elevado su participación hasta el 5,7% tras comprar casi un millón de nuevas acciones esta semana, y el consejero delegado, que se hizo con otras 210.000.

Pero el mercado parece ajeno a todas estas señales aparentemente positivas. Desde el pasado 1 de junio las acciones de Liberbank no dejan de caer, acumulando ya una pérdida del 42,6% que ha dejado su capitalización en apenas 598 millones de euros. Si tomamos como referencia la fecha de intervención del Popular, en solo 72 horas su valor se ha depreciado en 385 millones.

Algunos analistas bursátiles no dudan en calificar de «pánico» lo que está ocurriendo con esa entidad, en un efecto dominó. Daniel Pingarrón, de IG Markets, señaló que a Liberbank le penaliza que «es el siguiente banco más debil que cotiza en la Bolsa española», mientras que Victoria Torre, de Selfbank, matiza en cualquier caso que su caída no está justificada «al cien por cien» pues son situaciones diferentes.

«Los inversores establecen paralelismos entre entidades con tamaños o características parecidas, pero la problemática de cada una es distinta», apuntó Torre. Para la firma Renta 4, «la pérdida de confianza» del mercado resulta innegable, aunque lo más complicado es que se trasladara luego a los clientes –algo que, según fuentes del banco que hablan de «normalidad» en sus oficinas, por ahora no estaría ocurriendo–. Por eso, piden que la propia dirección de Liberbank y los órganos supervisores –Banco de España y CNMV– intervengan para despejar dudas.

Esa incertidumbre, de momento, ha provocado que los títulos del banco toquen ya mínimos históricos con un precio unitario de 0,68 euros para cerrar la semana, medio euro menos que a principios de mes. La elevada volatilidad que le rodea, incluidos ataques de inversores bajistas, hizo que este viernes cambiaran de manos 66,5 millones de acciones por un importe total de 43,5 millones de euros.