El euríbor, al 1,2%, eleva las hipotecas al mayor ritmo en 20 años

A lo largo del mes de agosto, la evolución del euríbor ha sido ascendente. Este miércoles registraba una tasa superior al 1,7%, por lo que las perspectivas para septiembre no son nada halagüeñas. El mercado no descarta que supere el 2% en poco tiempo.

Con estos datos sobre la mesa, los hogares hipotecados a los que les toque revisar su préstamo con la referencia de agosto ya pueden hacer sus cuentas. Y no arrojan resultados nada positivos para sus bolsillos. Desde el año 2000 no se registraba un salto tan considerable del euríbor de un año para otro. Porque el indicador se ha incrementado en 1,7 puntos porcentuales en los últimos 12 meses. De una sola vez. Con un impacto visible en los hipotecados, acostumbrados a pequeños cambios en sus cuotas durante los últimos años.

Para una hipoteca variable de 150.000 euros (la media más cercana a los últimos datos del INE) a 25 años con un diferencial del 1% más el euríbor, y revisión anual, pasará de pagar una cuota de 550 euros a pagar 670 euros, esto son 120 euros mas cada mes lo que equivale a un desembolso extra superior a los 1.400 euros al año. Para esa misma hipoteca, pero con una deuda de 180.000 euros, la cuota pasaría de 640 euros a 785 euros al mes. En el cómputo del próximo año, habrá desembolsado unos 1.700 euros más al banco.

El problema financiero será aún mayor para quienes tengan contratada una hipoteca con revisión semestral. En este caso, verán cómo sus cuotas se incrementan por segunda vez este año. La primera fue en febrero, cuando el euríbor cerró en negativo en el -0,3%, frente al -0,5% del año anterior. Desde entonces, han estado pagando 13euros más al mes. Ahora, con esta nueva revisión, el alza será de otros 140 euros con respecto a lo que venían asumiendo en sus recibos de la entidad financiera.

Conscientes de esta realidad que acechaba a los hipotecados, gran parte de quienes han financiado la compra de una vivienda en los últimos meses han optado por las hipotecas a tipo fijo (un 73% del total) frente a las variables (un 27%). El interés medio de las primeras sigue siendo mayor (2,6%) frente a las segundas (un 2%). En cualquier caso, las revisiones que ahora se practican afectan de forma mayoritaria a quienes hace años optaron por las variables, con unos diferenciales que en muchos casos apenas llegaban a los 0,5 puntos sobre el euríbor, una oferta muy distinta a la actual.

Un anticipo del BCE

Ya el pasado mes de abril, y por primera vez desde febrero de 2016, el indicador más utilizado para calcular las cuotas de los préstamos sobre vivienda cerraba un mes por encima del 0%. En el 0,013%. Ese incipiente dato revelaba una nueva realidad económica y financiera que se ha hecho patente desde entonces. Entonces, ya anticipaba la decisión que tomaría el Banco Central Europeo (BCE) sobre la subida de tipos de interés. Aunque tuvo que esperar hasta el pasado mes de julio para verificar esa medida, que le llevó a incrementar el precio oficial del dinero desde el 0% en el que se encontraba desde 2014 hasta el 0,25%.

El consejo de gobierno del BCE está convocado la próxima semana, el día 8, para valorar una nueva subida de tipos. No se descarta que alcance los 0,5 puntos e incluso los 0,75 puntos adicionales con respecto a los 0,25 puntos actuales. En el objetivo de la institución presidida por Christine Lagarde se encuentra la disparada inflación europea, que en agosto ha registrado un alza del 9%. El objetivo del BCE es mantener a raya los precios en el entorno del 2%.

Por eso, el BCE, como ya ha hecho la Reserva Federal (FED) norteamericana, ha optado por incrementar los tipos de interés, para así frenar la economía sensiblemente al tener que destinar más dinero a los créditos por parte de familias y empresas. En el caso de EE UU, los tipos se encuentran en el 2,25%.

El presidente FED, Jerome Powell, ha alertado de que las empresas y los hogares tendrán que soportar «algo de dolor» como peaje para atajar las elevadas tasas de inflación que está experimentando el país desde hace meses. Un discurso más pragmático que el BCE, cuyos órganos se pronunciarán en una semana.