Varios exdirectivos de Bankia se salieron este lunes del discurso oficial de la antigua cúpula del banco en el juicio sobre su polémica salida a Bolsa respecto a la aparente inexistencia de problemas contables, al menos hasta 2012, aunque a la vez trataron ... de minimizar el alcance de lo que calificaron de «deficiencias». La principal fueron los «errores» en la clasificación de un número importante de operaciones.
Publicidad
Así lo reconoció al tribunal en su comparecencia como testigo la que fuera directora de Riesgos de la entidad, María Jesús de Jaén, quien no obstante circunscribió esos problemas fundamentalmente a la etapa previa a la fusión y a las propias cajas de ahorros (entre ellas Bancaja y Caja Segovia), salvo a la madrileña. Durante el proceso de constitución del denominado Sistema Institucional de Protección (SIP) –lo que se conoció como 'fusión fria'–, «se detectó un volumen elevado de operaciones mayoristas que estaban incorrectamente clasificadas como normales» cuando, en realidad, presentaban algún tipo de riesgo.
«Había alguna operación que yo decía: ¿Pero esto qué es?», admitió Jaén, quien añadió que en no pocas ocasiones tuvo que preguntar «dónde estaban las garantías correspondientes». Los principales problemas venían bien de la falta de información, bien de la ausencia de documentación acreditativa suficiente. No obstante, dijo que Caja Madrid –de la que ella procedía– sí era «cumplidora» con estos aspectos.
«La calidad de la información no era la que nosotros estábamos acostumbrados», aunque señaló que la situación mejoró con la creación de Bankia donde –según ella– se «era muy riguroso con estos temas». De hecho, la entonces responsable de Riesgos dijo no haber tenido problemas con el Banco de España con ninguna cartera o clientes a su cargo.
Matizó, eso sí, que las deficiencias se solventaban sólo «en la medida que se pudo». En cualquier caso, negó que se hubiera ocultado información a la auditora Deloitte –también acusada en el juicio– sobre ese u otros aspectos de los balances. «Éramos muy transparentes» y se le daban los datos «una vez cada equis meses, cuando venían por el banco». El problema, admitió, es que «estaban pidiendo continuamente».
Publicidad
En una línea similar la exdirectora del área de Auditoría Contable de Bankia, Soraya Paredes, también afirmó que no se escondieron a Deloitte tasaciones de operaciones inmobiliarias, «ni en un cajón ni en ningún otro sitio». No obstante, justificó la demora en facilitarlas en que las propias compañías tasadoras «dijeron que no tenían la capacidad para generar un volumen tan ingente como el que se les pedía».
Sin embargo, Francisco Celma, el socio auditor de Deloitte encargado de revisar las cuentas del banco, sostuvo en varios correos internos -y después lo ratificó cuando declaró en la vista oral- que durante meses sufrió una «carencia de información casi absoluta». Incluso llegó a advertir a los responsables de Bankia que era «difícil de justificar» el retraso en suministrarle los datos contables que requería para poder realizar su trabajo sobre los balances de 2011, que finalmente no llegó a presentar por ese motivo.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.