«Para salir de la crisis con rapidez hay que preservar el tejido empresarial»
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia ·
Admite que el banco encara con «prudencia» el año y que habrá que realizar provisiones «importantes»Secciones
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José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia ·
Admite que el banco encara con «prudencia» el año y que habrá que realizar provisiones «importantes»Desde su despacho en la planta 23 de la sede central de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (Bilbao, 1954) atiende telemáticamente a este diario a pocos días de que la entidad publique sus resultados. Lo hace en un inicio de año en el que nadie sospechaba ... el impacto que tendría la pandemia y crisis del coronavirus. El ejecutivo, que recomienda «serenidad y humildad intelectual» para abordar esta situación, da por sentado que será un año «malo» para la economía, aunque insiste en que le preocupa más cómo se llegue a la recuperación si se toman medidas adecuadas: preservando rentas y protegiendo a las empresas.
–El Banco de España prevé que la economía se va a contraer al menos un 6,6% este año por la pandemia y la cifra puede ser mucho peor, hasta caer el 13,6%, si se retrasa la recuperación. ¿Coincide en el pronóstico?
–Lo vemos de forma muy similar, aunque diría que trabajamos con un nivel un poco menos negativo. Lo que me parece más importante es hablar de 2021, porque 2020 va a ser muy duro y malo y hay que ir preparando la salida. A las previsiones de 2021 les doy menos credibilidad porque dependerá de la pandemia, pero también de las medidas que tomemos para salir con rapidez de la parte más dura del virus.
–Con el conocimiento que le da el contacto directo con las empresas y otros clientes ¿qué medidas cree que deberían tomarse a partir de ahora?
–La normalización más importante llegará en la última parte del año. Hay dos elementos fundamentales. En primer lugar, apoyar a las personas que están perdiendo sus rentas. No podemos dejar a nadie atrás y esto es clave. Al mismo tiempo, y partiendo de que la prioridad es la salud, es muy importante preservar la actividad económica, la fortaleza de las empresas. Esa es la forma de salida de la crisis con una gran rapidez. Porque conseguiremos la recuperación del empleo y de los ingresos públicos, lo que permitirá luchar contra el déficit y la deuda pública y lograr la sostenibilidad del Estado del bienestar. Sin empresas no hay futuro y no hay salida. Esa es la directriz con la que tenemos que trabajar. Sobre los temas de intervención del Estado, que habrá que analizar caso a caso, el presupuesto que tendría es que es la iniciativa privada, la empresa, la que nos va a sacar de esta situación. Y dicho eso, también hay que estar muy abiertos a la colaboración público-privada.
Ajustes
–¿Qué dirección deberían tener entonces los Pactos de la Reconstrucción?
–¿Serían buenos unos pactos en los cuales todo el Parlamento llegara a un consenso para preservar a las personas y al tejido empresarial? Claramente sí, pero la realidad es que es difícil llegar a unos acuerdos tan globales. Creo que también se pueden llegar a pactos parciales. Es una responsabilidad de los políticos. Ellos son los que tienen que llevar a buen puerto esta negociación.
–¿Cuál es la perspectiva de Bankia para este año?
–En 2020 hay un entorno claramente en contra. La actividad de préstamos va a ser inferior, los intereses están en terreno muy negativo y se va a tener una carga de provisiones muy importante. Haremos provisiones manejables con nuestras cifras de beneficios. No estamos contemplando ningún tipo de debacle. Tenemos dos puntos fuertes respecto a la competencia: la solidez del balance y la eficiencia, con unos gastos un 20% inferiores a los del sector. Pero vamos a encarar el año con una absoluta prudencia. La prioridad más importante es salvaguardar un balance muy solido, solvente y muy capitalizado.
–¿En qué líneas de negocio han notado más el parón económico por la epidemia?
–Habíamos entrado con una gran actividad hasta el 15 de marzo. Después hemos visto una caída tremenda en la demanda de crédito al consumo y muy importante en la demanda de crédito hipotecario. Pero en empresas, hemos tenido en abril mucha actividad, no solo con los avales del ICO, porque las empresas han tomado posiciones para asegurar su liquidez y eso ha significado una demanda de crédito muy notable. En los fondos de inversión no hemos tenido salidas pero sí se han caído de forma extraordinaria las suscripciones de fondos. Y en pagos con tarjeta, ha habido una caída que redundará en los ingresos por comisiones.
nuevo plan estratégico
–Con la vista puesta en la desescalada, ¿piensan ya en un nuevo plan estratégico a partir del próximo ejercicio?
–Pretendemos seguir la estela de crecimiento en las cuotas de mercado que comenzamos a principio de 2019. Ese objetivo nos ha conducido a crecimientos consistentes y permanentes de cuotas de mercado en consumo, empresas, fondos y sistema de pago. Esas cuatro referencias son las cuatro líneas de trabajo de nuestra estrategia.
–El BCE ha obligado a los bancos a eliminar el reparto de dividendo este año como mínimo hasta octubre. Aunque Bankia ha cancelado el reparto de 2.500 millones en remuneración al accionista, ¿no es momento de anticipar la eliminación del que pudiera generarse con cargo a 2020 para engrosar el capital y liberar así más financiación para familias y empresas?
–El dividendo de 2019 ya lo hemos pagado. Hicimos la junta de accionistas la mañana antes de que el BCEprohibiera el reparto de dividendos e hicimos un hecho relevante diciendo que de cara al futuro teníamos que ser muy prudentes y nos desligábamos del objetivo de los 2.500 millones en dividendos; también dijimos que íbamos a ser extremadamente prudentes con el de 2020. La recomendación del BCE nos afecta poco porque nosotros no tenemos dividendo a cuenta y hay tiempo hasta febrero de 2021 para pensar si tenemos que hacer un dividendo por 2020 o no. No hay por qué adelantar decisiones de forma innecesaria, pero ya estamos diciendo al mercado que vamos a ser extraordinamente prudentes.
privatización
–¿Cómo plantea la vuelta a la normalidad, cuando se pueda, en la apertura de oficinas?
–En estos momentos, tenemos a más del 50% del personal de las oficinas teletrabajando (en servicios centrales es el 95%) y a más de 5.000 personas físicamente en las sucursales. Tomamos la decisión de mantener el máximo número de oficinas abiertas, y lo están un 80%. Primero, porque somos un servicio esencial y parte de nuestros clientes y actividad requiere oficinas físicas. Pero también porque concentrar sucursales supondría un gran riesgo para clientes y para los equipos. Las decisiones serán sobre si tenemos que ir incorporando más gente o no a trabajar a sus oficinas.
–¿Será necesario ajustar plantilla a través de otros expedientes de regulación de empleo como tras adquirir BMN?
–No nos hemos planteado un ERTE en ningún momento y no estamos pensando en absoluto en un ERE. Hemos hecho un extraordinario esfuerzo de eficiencia en los últimos años, es uno de nuestros grandes puntos fuertes. Venimos de un proceso vegetativo de reducción de oficinas, sobre todo el de 2018, que será el que mantengamos en los próximos meses. No habrá cambios con respecto a lo previsto con una visión de un año. Lo que pase posteriormente, tendremos que valorar si los hábitos de la clientela han cambiado o no durante este periodo. Todos dicen que el mundo va a ser distinto, pero yo no lo tengo tan claro a largo plazo.
–El neurólogo y psiquiatra Boris Cyrulnik dice que tras una catástrofe, siempre hay una revolución.
–Para gestionar una crisis hay que tener una gran serenidad y humildad intelectual, porque es la que te permite ver los errores que puedas cometer y reaccionar con gran decisión.
–¿Estima que se alcanzarán los 100.000 millones previstos de las líneas de avales del ICO en poco tiempo? ¿Deberían cambiar algunas condiciones como no tener morosidad en 2019?
–La del ICO ha sido una idea muy buena, yo la defendí antes de que saliera con gran vehemencia porque era fundamental para salvar al tejido empresarial. Y la banca ha reaccionado con gran rapidez para ponerlo en marcha aunque exige una reprogramación del sistema y de la organización absolutamente extraordinaria. Hemos tenido que poner a 800 personas a trabajar en la operativa. Este 30 de abril se cubrirá el primer tramo de 20.000 millones y creo que llegaremos a los 100.000 millones. En cuanto a las condiciones y la morosidad, hay que ser serios. Lo que no podemos hacer es lanzar una linea de ICO para avalar financiación de morosidades encubiertas.
injerencias políticas
–Bankia es un banco público en un 60%. ¿Esta circunstancia les obliga a actuar de forma diferente al resto?
–Radicalmente no. Es muy importante que Bankia, con independencia del porcentaje que tenga el Estado, se comporte y tenga un esquema de gestión que se base en la profesionalidad y la independencia. Utilizar Bankia, un banco comercial con nuestra cuota de mercado y su nivel de actividad, como un elemento de política económica, es un error extraordinario. Bankia debe mantener el esquema que nos ha traído hasta aquí, porque no ha habido injerencias políticas ni del PP ni del PSOE.
–Dada la situación actual con la pandemia y la crisis, y con la presencia en el Gobierno de Unidas Podemos, que siempre ha defendido la necesidad de un banco público, ¿cree que existe riesgo de una completa nacionalización de Bankia?
–No depende de mí. Pero no me puedo imaginar en una situación como la actual que en lugar de invertir en Sanidad, se invierta en acciones de Bankia.
–En ese caso, ¿querría seguir presidiendo el banco?
–Como lo veo un escenario con poca probabilidad, no me lo he planteado.
–¿Se encuentra cómodo con el Gobierno actual?
–La única condición que puse para incorporarme a Bankia en 2012 era que tuviéramos una gestión profesional e independiente, sin injerencias. En eso han sido extraordinariamente escrupulosos el Gobierno del PP y los dos Gobiernos del PSOE, incluido el de coalición. Todos han sido absolutamente impecables en ese sentido.
–¿Tiene en mente el salto a alguna otra entidad?
–Estoy totalmente comprometido con Bankia y con el equipo. Mientras los accionistas piensen que puedo ser de utilidad, estaré a su disposición.
–¿Esta situación provocará un nuevo retraso en los planes de privatización de la compañía, más allá de 2021?
–Es una decisión que no nos compete como gestores. Pero es evidente que una situación como la actual va a suponer un impacto muy negativo en los valores del sector bancario y es entendible que no se quiera vender y se pueda pensar en alargar la fecha de privatización. Son condiciones tan excepcionales que es prudente esperar y no vender en momentos de excepcionalidad.
El presidente de Bankia defiende el papel ante los ciudadanos de la entidad, que pasa por un momento muy distinto al de la anterior crisis.
–¿Se hacen más inevitables las fusiones en esta crisis?
–Hay fuerzas que incentivan un proceso de consolidación, pero no es determinista ni necesariamente se tienen que producir. En Bankia tenemos un tamaño y un músculo que nos da un futuro claro con el perímetro actual. Aunque estamos en el mercado y hay que ser muy cauto.
–Las valoraciones bursátiles de los bancos se encuentran en mínimos. ¿Puede ser un caldo de cultivo para que alguna entidad les lance una oferta?
–Han bajado las cotizaciones de Bankia, pero también de todo el sector. Si las cotizaciones de todos bajan, la posibilidad de una operación de compra es igual que si son todas altas.
–Los bancos están demostrando buenas dosis de solidaridad y compromiso social ante la crisis del coronavirus. ¿Está ayudando a su reputación?
–Tan importante como la rentabilidad o los retos estratégicos es la reputación. Para que cualquier sector sea sostenible, la sociedad tiene que querer que exista, que piense que eres útil. La banca hoy está en una situación de servicio a la sociedad radicalmente distinta a la que tenía en el año 2012, porque entonces no tenía liquidez ni capital y no podía financiar. Ahora, nuestra obligación es estar muy cerca de la sociedad. Si lo hacemos bien, y esa es nuestra obligación, las sociedad va a valorar este trabajo.
–¿Y qué opina de la renta vital que prepara el Gobierno?
–Se plantea desde una renta mínima a corto plazo a una estructura más compleja a medio y largo. Hay que apoyar a las personas que están perdiendo sus rentas, pero quiero subrayar que 'están' perdiendo sus rentas. En cuanto a llevar a cabo una medida más estructural, hay esquemas que se pueden discutir. Las propuestas de la AIReF tienen mérito, pero también problemas de indefinición e implementación que son complejos. Yo haría un profundo análisis antes de tomar ningún tipo de iniciativa.
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